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En el Alentejo portugués hay un rincón en el distrito de Évora que aglutina tres localidades tan bellas como únicas. Nos referimos a Estremoz, Vila Viçosa y Borba, las conocidas como ciudades de mármol de Portugal y que se ubican en un mismo radio de unos 30 kilómetros.

Su cercanía, su patrimonio y su historia provocan que resulten perfectas para conocer durante unas vacaciones o una escapada de unos pocos días. Soñando con ello y esperando poder acercarnos de nuevo al país vecino, te contamos cuáles son las ciudades de mármol portuguesas y qué las hace tan especiales.

Borba

Ciudades de mármol: Borba
Fuente: Wikimedia/Alvesgaspar CC BY-SA 3.0

Borba, Estremoz y Vila Viçosa son tres hermosas villas de Portugal que se encuentran rodeadas de canteras de mármol, no es de extrañar que el denominado «oro blanco» esté presente en muchos de sus edificios, monumentos, fuentes, aceras, suelos y construcciones. De igual modo, el trabajo en las canteras ha sido uno de los principales impulsores de la zona desde los tiempos antiguos.

Al fin y al cabo, el mármol de estas ciudades portuguesas compite con el famoso mármol italiano de Carrara, ya que las canteras de este territorio del Alentejo constituyen las segundas exportadoras del mundo de este material. Hasta tal punto llegó el uso del mismo en la región que sus habitantes incluso lo han utilizado para fabricar pintura.

Borba es la más pequeña de las ciudades de mármol portuguesas situadas en el interior del Alentejo Central, por lo que es posible conocerla en poco tiempo y disfrutar de su tranquilidad. Recorre el centro de la villa en torno a la Praça da República, contempla la hermosa y dieciochesca Fonte das Bicas, y visita las iglesias y conventos.

A un kilómetro del centro de la localidad se encuentra el Convento de Nossa Senhora da Consolação do Bosque. Se trata de un edificio religioso fundado a principios del siglo XVI por mandato del cuarto duque de Braganza. Resulta tan especial porque, a su alrededor, se extiende todo un bosque en el que se encuentran desde capillas y fuentes hasta lagos artificiales.

De tal forma, la presencia del mármol es una constante en gran parte de Borba. Si te fijas lo distinguirás en los marcos de las puertas, en las ventanas, en las fuentes y en los edificios, lo cual contribuye a la belleza de este pintoresco pueblo famoso por sus vinos.

Y es que Borba, situada a unos 50 kilómetros de la ciudad española de Badajoz (Extremadura), es conocida por sus excelentes vinos tintos. Tanto es así que se encuentra incluida en la ruta de los vinos del Alentejo, a través de la cual es posible visitar diversas bodegas (adegas) de la zona, como la Adega Cooperativa de Borba. Con carácter anual se celebra en la villa el Festival de la Viña y el Vino durante el mes de noviembre.

Estremoz

Estremoz
Fuente: Wikimedia/ Alvaro Azevedo Moura Dominio Público 1.0

A unos 13 kilómetros de Borba se localiza Estremoz. Seguramente esta sea la más conocida de las ciudades de mármol portuguesas, en la que también encontrarás este material en los adoquines, en las fachadas, en las puertas y en el interior de los edificios. Resulta curioso conocer que el mármol de esta zona se utilizó para construir el Circo Máximo de Emérita Augusta en la actual ciudad extremeña de Mérida, así como el monasterio de los Jerónimos y la Torre de Belém en Lisboa y el monasterio de Batalha, en la localidad del mismo nombre.

La villa de Estremoz conserva parte de la antigua muralla medieval con varias de sus puertas, así como su castillo del siglo XIII y el antiguo Palacio Real. El punto neurálgico es la plaza central conocida como El Rossio, donde se celebra un concurrido mercado semanal. A su alrededor se extiende el casco histórico, que merece un recorrido pausado, para contemplar sus conventos, iglesias y museos, como el Museo de Arte Sacra, el Museu da Alfaia Agrícola de Estremoz y el Centro de Ciencia Viva.

Dos son los eventos anuales que merecen especialmente la pena en Estremoz: la Feira Internacional de Artesanato Agro-Pecuária de Estremoz (FIAPE), que tiene lugar cada año a finales del mes de abril, y el festival de gastronomía Cozinha dos Ganhões, entre los meses de noviembre y diciembre.

Vila Viçosa

Vila Viçosa
Fuente: Flickr/ Stephen Colebourne CC BY 2.0

Aunque vale la pena conocer las tres ciudades de mármol portuguesas, Vila Viçosa resulta imprescindible. Se localiza a unos 10 kilómetros de Borba y se la conoce como la «Princesa del Alentejo». En ella encontrarás el mármol por todas partes, incluyendo las aceras y los templos. Así las cosas, podríamos considerar a esta localidad como la más importante de todas ellas, si tenemos en cuenta que en este lugar residieron los Braganza, la dinastía real del país, entre 1640 y 1910.

Todavía se conserva el Palacio Ducal, de principios del siglo XVI, con su espectacular fachada marmórea de 110 metros, y unas 50 salas en su interior que pueden visitarse. Se sitúa junto a la plaza de la República, que tiene su suelo marmóreo, aunque son muchos otros los puntos de interés de la villa.

Así en Vila Viçosa también puedes visitar la antigua fortaleza medieval conocida como el castillo de Dom Dinis, que alberga en la actualidad el Museo de Caza; el convento das Chagas, actual Pousada de Vila Viçosa dom João IV; y otros centros museísticos como el Museo de Arqueología, el Museo de Carruajes y el Museo del Mármol. Este último, ubicado en la antigua estación de ferrocarriles de Vila Viçosa, resulta imprescindible para comprender la historia y la relación de esta zona de Portugal con el mármol.

Alrededor de Vila Viçosa, Barbo y Estremoz se suceden numerosas canteras de mármol, de manera que es posible hacer una ruta para conocer algunas de las más destacadas y aprender de primera mano cómo se extrae el mármol blanco y rosa, uno de los materiales que identifican al Alentejo Central. A unos 4 kilómetros del centro de la Princesa del Alentejo se localiza Pedreira d’El Rei, una de las canteras más conocidas y grandes de la región que se ha convertido en una parada ineludible del turismo industrial en Portugal.