Madrid vive tiempos oscuros. No solo ha llegado el otoño, el frío, la lluvia (y el cambio de hora), sino que seguimos instalados en la era pandémica y sin visos de solución a corto plazo. Pero ni Madrid ni los madrileños acostumbran a doblegarse ante las dificultades. Es tiempo de redescubrir la ciudad desde otro punto de vista, reencontrarse con algunos rincones insólitos y volverse a asombrar con ese otro Madrid más allá de las rutas oficiales. Estos son 8 lugares que todavía te pueden sorprender en Madrid.
La Quinta de los Molinos
Ubicado en el barrio de Salvador al este de Madrid no muy lejos de El Capricho, La Quinta de los Molinos es un verde oasis de paz que calma espíritus inquietos. En origen, el terreno fue propiedad del conde Torre de Arias que en 1920 lo cede al arquitecto César Cort Botí que lo convierte en un jardín de tipo mediterráneo. Tras su muerte, el jardín se abandona hasta que en los años 80 del pasado siglo el Ayuntamiento lo rescata.
A pesar de su pequeño tamaño —aproximadamente una quinta parte del Retiro—, La Quinta de los Molinos fascina al visitante por su combinación de una gran cantidad de especies arbóreas como olivos, eucaliptos, pinos… y los almendros. Pese a que todavía quedan meses para su florecimiento, no tenemos prisa por ir a ningún sitio, ¿no?
Instituto de Patrimonio Cultural de España
Ubicado en Moncloa en plena Ciudad Universitaria, este edificio es uno de los más impactantes (y desconocidos) de la capital. Conocido como la ‘corona de espinas’ por su curiosa cornisa rematada en grandes picos, fue diseñado por Antonio Miró y Fernando Higueras a mediados de los 60.
Higueras fue uno de los arquitectos más originales de su tiempo y aquí dejó muestra de su indómito carácter combinando en este edificio elementos procedentes de la arquitectura militar, de la plaza de toros y hasta de la ciencia ficción que por aquel entonces estaba en pleno auge. Y es que hay quien ve en este edificio una nave espacial… En resumen, una cosa rarísima que merece una visita.
La Gasolinera Gesa
Tal vez hayas pasado por aquí unas cuántas veces y ni te has fijado, pero la gasolinera ubicada en el número 18 de la calle Alberto Aguilera en pleno Chamberí es una de las obras maestras del racionalismo capitalino. Fue diseñada por Casto Fernández-Shaw en 1927 y aunque quedó parcialmente derruida a finales de los 70 fue reconstruida en los 90 recuperando uno de esos lugares en los que Edward Hopper podría haber ambientado uno de sus cuadros… si se hubiera pasado por Madrid.
Casa Carvajal
Es uno de los mejores ejemplos de arquitectura brutalista de Madrid que algunos afortunados pudieron descubrir en la pasada edición del Open House Madrid 2020 en el que se organizó una visita guiada. Javier Carvajal fue su arquitecto a finales de los años 60 concibiéndola como un homenaje a la Alhambra de Granada, pero en la que también se perciben influencias del gran Frank Lloyd Wright. Ubicada en una superficie en pendiente, toda la vivienda está tupida de naturaleza, “como si fuese una montaña que sale desde el suelo” tal y como señala la fotógrafa Cristina Rodríguez de Acuña que vivió en ella durante muchos años.
Parque de Valdebebas
En pleno estado de alarma —uno de tantos— cientos de madrileños llegaron al Parque de Valdebebas para pasar una soleada mañana de domingo. Los vecinos de la zona nunca habían visto tantos coches aparcados en un barrio casi fantasma la mayor parte del año. Y es que una de las consecuencias de esta insólita situación es que muchos madrileños se han visto obligados a quedarse en Madrid y descubrir joyas inesperadas como este parque, uno de los más bellos y extensos de la ciudad.
Hospital de Maudes
Regresamos al centro para encontrarnos con otro de esos lugares que a menudo despiertan sorpresa en el viandante… pero que no aciertan a descifrar su función. En una manzana ubicada entre las calles Raimundo Fernández Villaverde, Alenza, Treviño y Maudes, al lado de Cuatro Caminos, se sitúa este sorprendente edificio de grandes proporciones que fue construido en 1908 como hospital para asistencia sanitaria gratuita de jornaleros.
Antonio Palacio y Joaquín Otamendi firmaron los planos en los que destaca también la decoración cerámica de Daniel Zuloaga. Inspirado parcialmente en estilo modernista procedente de la Secesión Vienesa, sigue siendo un rara avis de la arquitectura madrileña. Actualmente alberga la Consejería de Transportes, Vivienda e Infraestructuras
Las galerías de la Doctor Fourquet
Aunque no corren buenos tiempos para las galerías de arte, ni para nada en general, la calle Doctor Fourquet sigue al pie del cañón ofreciendo a los madrileños las últimas tendencias del arte en apenas 100 metros: una quincena de galerías configuran este eje artístico en pleno Lavapiés que ya hay quien compara con el Lower East Side de Nueva York. F2 Galería, Espacio Mínimo, Helga de Alvear, Galería Nueva… Si tienes mono de arte contemporáneo, date una vuelta por la Doctor Fourquet a un paso del Reina Sofía y tendrás el subidón que necesitas.
Desert City
A pesar de algunos problemas burocráticos que lo llevaron a un cierre parcial el año pasado, Desert City ha logrado reflotar manteniéndose como uno de los espacios más sorprendentes de Madrid. Se trata del primer vivero biotecnológico especializado en xeropaisajismo de Europa, un lugar de investigación y divulgación sobre el cactus y otras plantas xerofíticas que llegó a ganar el FAD de arquitectura en 2018 y ser finalista del Premio Mies van der Rohe en 2019.
Diseñado por el arquitecto Jacobo García-Germán, su impulsora es la ingeniera agrónoma Mercedes García que trata de reivindicar este espacio también como centro de experimentación para generar espacios verdes sostenibles en un ambiente desértico… como el que podría convertirse buena parte de España a no mucho tardar. Sin duda, un lugar más que sorprendente a 20 minutos del centro de Madrid.
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