Hay destinos en el mundo que resultan muy especiales, sobre todo por su pasado histórico y su vida cultural. Allá donde se levantaron universidades y campus en las principales localidades y villas de muchos países constituyen algunos de ellos.
Sevilla tiene numerosos sitios que visitar, monumentos que admirar por su exterior y que deslumbrarán en su interior, y una numerosa oferta de ocio con la que disfrutar de unos días de asueto. Pero si hay algo que no puedes dejar de ver si te encuentras por la ciudad son sus museos.
Es uno de los iconos más reconocibles de Japón para el turismo internacional pero también uno de los lugares más venerados por los propios japoneses: la isla de Miyajima es pura magia, un destino fascinante que se incluye en cualquier lista de imprescindibles a visitar en el país oriental.
Nos fijamos en ellos para presentaros algunos de los teatros más bonitos de España, en algunas de las ciudades imprescindibles a conocer en un país que puede presumir de sus artes escénicas, aunque no siempre se acuerde todo el mundo de ellas.
La capital de España siempre es un buen plan. Su oferta de ocio y los lugares históricos y culturales que visitar es tal que, en cualquier época del año en la que te encuentres en ella, podrás elegir entre numerosas opciones sin necesidad de repetir ninguna.
De la época de la España sefardí todavía se conservan en nuestro país sinagogas y juderías de un tiempo en el que en estos territorios convivían cristianos, musulmanes y judíos, hasta que estos fueron expulsados de forma oficial de la península en 1492.
Bajo el hotel The Greenbrier ubicado en Virginia Occidental, el Gobierno de Estados Unidos mantuvo una inmensa estructura militar secreta conocida como ‘Proyecto Isla Griega’ durante 37 años: un búnker de más de 10.000 m² con capacidad para albergar a más de 1000 personas.
Es una de las imágenes icónicas de Lituania y una de las escapadas preferidas de los habitantes de su capital Vilna: el castillo rojo sobre el lago Galve, la fortaleza medieval construida en un entorno idílico que fue origen de varios de los episodios más importantes de la historia del país.
Érase una vez un pueblo redondo de calles concéntricas y pavimento adquinado, de adorables plazas y casitas entramadas a las que apetece dar un bocado, un pueblo en el que el tiempo se pierde en un laberinto de juguete.