Si hablamos de Estados Unidos parece que nos viene a la mente la exageración. Aquí los menús son grandes, los productos en el supermercado también tienen un tamaño mayor que en Europa y, cómo no, destacan sus grandes esculturas. Sin embargo, el tamaño no siempre importa, por lo que muchas de ellas pueden tener un cometido dudoso o que quizá no sirva de mucho.
En las carreteras del país, por ejemplo, podemos ver varios casos de esculturas gigantes que, a priori, nos pueden parecer algo absurdas. Es un vestigio de los años 60 y sus antiguos “Hombre Mofle”, esculturas gigantes situadas a las puertas de los establecimientos para llamar la atención. No obstante, existen esculturas de todo tipo repartidas por todos los Estados Unidos.
“Happy Monday”
Café y Estados Unidos parecen una sola cosa. Eso debió pensar el autor de esta enorme escultura, que representa una enorme taza de café. El creador es Ken Nyberg, que ideó una propuesta diferente para colocar en Nyberg Park: una taza de café gigante realizada en metal y que no deja indiferente a ninguno de los transeúntes.
Está situada en la localidad de Vining, en el estado de Minnesota. Aunque es un lugar con pocos habitantes, parece que todos ellos están encantados con ese toque distintivo que aporta la escultura al pueblo. De hecho, muchos son los turistas que se acercan hasta allí tan solo para fotografiar la obra de arte.
Esculturas gigantes en “Cadillac Ranch”
La Ruta 66 es una de esas cosas que hay que hacer al menos una vez en la vida. Recorriendo el icónico camino, podemos encontrar en Texas, al oeste de Amarillo, algo que conseguirá descolocarnos por completo. El paisaje de la zona es bastante monótono, si no eres un apasionado de este tipo de entornos, puede que te llegue a resultar incluso algo aburrido.
Sin embargo, rompiendo con esa calma anodina encontramos, de repente, diez cadillacs colocados en hilera, semienterrados en el suelo y adornados con pinturas de varios colores, así como grafitis. Se trata de la escultura Cadillac Ranch, y aunque tan solo sea porque consigue despertar de nuevo al viajero, debe ser considerada como una auténtica obra de arte viva.
“Caminando hacia el cielo”
Qué bonito cuando un artista ve su obra replicada por varias partes del país. Esto le ha pasado a Jonathan Borofsky con su obra “Caminando hacia el cielo”. Su obra original la podemos encontrar en el Centro de Esculturas Nasher situado en Dallas, Texas. Y ya es reclamo para los turistas que se acercan a la zona.
Sin embargo, también podremos toparnos con varias réplicas. Algunas de ellas, por ejemplo, las podemos encontrar en la Universidad Carnegie Mellon, de Pittsburhg. También hay una en el estado de Pennsylvania e incluso en Seúl, Corea. De la escultura se habla bastante y alguna de las cosas que se afirman sobre ella es que celebra todo el potencial que tenemos los humanos para poder descubrir quiénes somos y hacia dónde nos dirigimos.
“Despertar”
Creada por J. Seward Johnson Jr, “Despertar” fue vista por vez primera en East Potomac Park, en Washington D.C. Después, se trasladó a la estación de National Harbor navegando por el río Potomac, en el condado de Prince George, Maryland.
Esta escultura viajera representa a un enorme gigante de 21 metros de altura realizada en aluminio. Es algo sobrecogedora, pues el gigante parece intentar salir de debajo de la tierra de Estados Unidos y escapar hacia el mundo. Esta es una de esas obras de arte que también cuenta con su propia réplica dada su fama. La “hermana pequeña” la podemos encontrar en Chesterfield, Missouri.
El “tenedor gigante” de Springfield, Estados Unidos
Once metros de altura y once toneladas. Esas son las medidas de este sobrecogedor tenedor gigante, situado frente a la agencia de publicidad Noble & Associates.
¿El motivo de encontrar dicha escultura en un lugar que, a priori, no tiene nada que ver? Bien, el tenedor se encontraba de forma original en un restaurante, allá por el año 1998. Sin embargo, este negocio terminó fracasando y, a día de hoy, la agencia decidió darle una segunda vida.
“Puerta de la nube”, Chicago
La primera obra pública al aire libre de Anisk Kapoor, artista británico, es “Puerta de la nube”, situada en Estados Unidos. Esta enorme escultura pesa nada menos que 110 toneladas y se inspira en el mercurio líquido. Se puede ver reflejando tanto las nubes como el conocido horizonte de Chicago.
También hay una puerta que conduce, a través de un arco de casi cuatro metros, a una cámara cóncava. Con sus 10 metros de altura y 20 de longitud, se perfila como una de las esculturas más grandes, no solo de Estados Unidos, sino de todo el mundo.
“Pistola anudada” en la ciudad de Nueva York
Cuando hablamos de exageración, Estados Unidos y su puerta al mundo, lo primero que se nos viene a la cabeza es la archiconocida ciudad de Nueva York. Es aquí, además, donde encontramos otra de esas esculturas gigantes de las que presume el país.
Se trata de la “Pistola anudada”. Diseñada a finales de los 80 por parte de Carl Fredrik, artista sueco, se creó a favor de la paz. Sin embargo, los sentimientos son encontrados con ella. Si por algo llama la atención, no obstante, es por el personaje que inspiró tal obra: la muerte del buen amigo de Carl, John Lennon. Puedes ver otra versión de la misma escultura si haces una ruta alternativa por Estocolmo
El legendario leñador Paul Bunyan
Comenzábamos hablando de los “Hombre Mofle” y, por poner un ejemplo, el leñador Paul Bunyuan es uno de ellos. Fue un restaurante de Arizona quien ordenó su construcción. ¿Por qué un leñador? Por ser uno de los mayores representantes del folklore estadounidense.
Cientos y cientos de esculturas se construyeron desde los 60. En la actualidad, unas 200 son las que sobreviven. Vaqueros, piratas, campesinos, etc. Todos ellos tenían y puede que tengan un lugar al que proteger y en el que su cometido es llamar la atención de todos aquellos que pasen por delante.
La “Elefanta Lucy”
La “Elefanta Lucy” fue construida por James V Lafferty. Se trata de un elefante de 6 pisos situado al sur de Atlantic City, Nueva Jersey. Desde 1881, nada menos, Lucy está en pie, habiendo sobrevivido incluso a fenómenos naturales de gran envergadura como el huracán Sandy.
Su cometido principal era atraer a los visitantes para que compraran inmuebles. A día de hoy, se sigue manteniendo como atracción turística debido a su fama. Tal fue el revuelo, que Lafferty llegó a solicitar una patente para todas aquellas construcciones gigantes que no fueran un elefante y tuvieran forma de animal.
Únete a la conversación