Si pensamos en las calles y plazas de Madrid a todos nos vienen a la mente lugares como la Plaza Mayor, el Paseo de Recoletos, la Gran Vía o la Puerta del Sol. Todos ellos son visitas inexcusables durante cualquier escapada a la capital. Pero hay otros rincones mucho menos conocidos, casi secretos, que tiene un encanto especial gracias a su historia, viejos comercios, leyendas o simplemente por ser los escenarios por los que ha transitado y transita la vida madrileña. ¡Descubrámoslos!

Pasadizo de San Ginés

Pasadizo de San Ginés

La calle Arenal es una de las arterias más hermosas del centro madrileño. Y lo es tanto por sus propios atractivos como por lo que va surgiendo a sus lados. Es ahí, donde se abre la estrechez del Pasadizo de San Ginés. En sus flancos hay dos templos. A un lado una iglesia parroquial y al otro una de las salas de conciertos míticas de la noche madrileña.

Entre ambos una preciosa librería de lance de la que se tienen noticias desde comienzos del siglo XIX. Y al fondo, si buscas un lugar donde desayunar en Madrid, se ve la entrada a una de las chocolaterías más emblemáticas de la capital. La chocolatería es la antesala del pasadizo cubierto en sí. Tras eso el encanto prosigue pero en forma de bifurcación. Hay que elegir, o hacia la plazuela de San Ginés o hacia la calleja de Coloreros.

La calle Rompelanzas

Calle de Rompelanzas, Wikipedia, Basilio

En el entramado de pasadizos, cubiertos y plazuelas anterior todo es de pequeñas dimensiones y a un paso de grandes monumentos carismáticos de Madrid. Pues bien, todavía es más corta la calle Rompelanzas, situada entre la transitada calle de Preciados y la del Carmen. Es decir, a un paso de la Puerta del Sol.

Su nombre de Rompelanzas alude precisamente a su tamaño. Antaño los carruajes odiaban pasar por ella, ya que era muy posible que rompieran sus lanzas para los caballos. Hoy sigue igual de corta, aunque más ancha entre dos grandes vías comerciales. Así que su nombre y su presente son una buena invitación a reflexionar sobre cómo ha cambiado la ciudad.

La plazuela de San Javier

Plazuela de San Javier – Foto de Malopez

Es imposible que un espacio tan pequeño tenga tantas cosas que contar. La plazuela de San Javier perdida en el laberinto de la capital de los Austrias es diminuta, escasa, la más pequeña de Madrid. Y sin embargo tiene de todo: un palacio, leyenda y hasta una zarzuela.

En uno de sus lados se eleva un palacio de fachada roja y larga historia que pudo ser la residencia del propio aposentador de Felipe II. Pero también allí hubo un mesón que frecuentaba el legendario bandolero Luis Candelas. Un espacio muy especial, tanto que la zarzuela de Luisa Fernanda encontró aquí el escenario perfecto para su trama.

Entre las calles Sombrerete y Tribulete

Corrala de Sombrerete – Foto de Descubrir.com

Entre estas dos calles del barrio de Lavapiés se encuentra una de las corralas mejor conservadas de Madrid. Un lugar que sencillamente se conoce como La Corrala. Todo un espacio urbano declarado Monumento Nacional. ¿Pero qué es una corrala?

Muy fácil, es un corredor que discurre entre dos calles que sirve para el acceso a las viviendas de esa manzana de casas. Pero ese espacio se transforma en un patio para el disfrute y la convivencia de los vecinos. Los hay a centenares por el viejo Madrid, y algunas de esas corralas hoy lucen restauradas y recuperadas.

La cuesta de los Ciegos

Cuesta de los Ciegos – Foto de Malopez

Ahora una calle empinada a base de más de 250 escalones y en zigzag. Es la Cuesta de los Ciegos que lleva de la calle de la Morería a la calle Segovia. En plena zona histórica, rodeada de jardines y también de grafittis. ¿Por qué Cuesta de los Ciegos?

Por aquí se estableció el propio San Francisco de Asís, y en uno de sus muchos actos milagrosos, se cuenta fue capaz de devolverles el sentido de la vista a unos ciegos que pedían limosna en esta zona de Madrid. Por cierto, relativamente cerca de aquí se encuentra la Basílica de San Francisco el Grande, en honor del santo.

Plaza de la Paja

Madrid, Spain – October 11, 2020: Square of La Paja in historical centre

También cerca de aquí se halla uno de los rincones más sorprendentes del divertido barrio de La Latina. Es la Plaza de la Paja. Diversos son los motivos para visitarla. Por ejemplo, los jardines del Palacio del Príncipe de Anglona o la Capilla del Obispo.

Pero sobre todo lo más atractivo es sentarse bajo una pérgola que hay en la plaza y dejar que caiga la tarde para contemplar las vistas. Una de las panorámicas más históricas y románticas sobre los tejados más añejos de la capital.

Esquina calle Pelayo con Fernando VII

Palacio de Longoria – Foto de Luis García

En la confluencia de estas dos calles del barrio de Hortaleza nos ofrece uno de los pocos chaflanes modernistas de Madrid. Es cierto que la arquitectura del Modernismo es mucho más fácil de ver en otras ciudades españolas, especialmente paseando por Barcelona. Pero eso no significa que no haya edificios madrileños de ese estilo artístico.

Uno de los pocos ejemplos es el Palacio de Longoria, construido en los primeros años del siglo XX siguiendo los planos del arquitecto José Grases Riera. El cual diseñó este edificio esquinero cuya simetría se basa en esa especie de torre central, que en el interior se cubre con una preciosa cúpula de vidrio de colores.

Andén 0 – Estación de Chamberí

Estación 0 – Foto de Antonio Pajuelo

Y si hablamos de calles sorprendentes en Madrid no tenemos que olvidarnos de su red subterránea. Los recorridos en metro se han convertido en los trayectos más concurridos de la ciudad. Así que es justo incluir este medio de transporte que es historia viva. Para ello hemos elegido la remozada Estación de Chamberí. Perfectamente restaurada y que muestra cómo eran estas estaciones en el pasado. Un buen final para este viaje por calles y rincones secretos de Madrid.