El cementerio de Montmartre es una de las grandes sorpresas que ofrece este célebre barrio ubicado al norte de París. Un barrio que representa un icono para la capital francesa por su ambiente bohemio y su silueta inconfundible con los volúmenes blancos de la basílica del Sacré Coeur.

La visita a Montmartre es una obligación para cualquier turista que pasa unos días en París. Es una recomendación que aparece en todas las guías de viajes, y por supuesto también en la nuestra. Montmartre es el barrio de la place de Tertre donde te podrás hacer un retrato como recuerdo de tu viaje. Es un sitio repleto de restaurantes donde están todas los platos típicos de la cocina parisina, desde la soupe d’oignon (sopa de cebolla) para el invierno hasta las crepes con las que culminar de la manera más dulce un banquete. O hay rincones que inspiraron bellos cuadros impresionistas.

Montmartre / Unsplash / Sid Saxena

Hay muchas más cosas que descubrir. Se puede subir hasta la Basílica caminando por sus románticas escaleras o ascendiendo en funicular desde Pigalle. Incluso es posible recorrer el barrio en trenecito para salvar cómodamente las estrecheces y pendientes de las calles. Durante ese paseo van surgiendo nombres por todos conocidos. Desde Van Gogh a Picasso, desde Irma la Dulce hasta Amélie. No obstante, si alguien desea conocer y honrar muchos más nombres vinculados con el barrio, entonces que no dude en entrar al cementerio de Montmartre.

El cementerio de Montmartre, parte de la historia de París

El paseo por el cementerio de Montmartre provoca unas sensaciones completamente distintas al resto de recorridos por el corazón del barrio. Lo que en las plazas es bullicio y colorido entre las tumbas es calma. Caminar por este camposanto es como un oasis de relajación en medio de la vitalidad más efervescente. Solo por sentir ese contrapunto, ya merece la pena adentrarse en el lugar.

Cementerio de Montmartre / Wikipedia / Elisabetta Cipolla

Pero además no deja de ser una visita histórica. El cementerio de Montmartre se inauguró en 1825. Así que pronto hará 200 años de ello. Por aquel entonces, París había decidido renovar sus cementerios ya que los más antiguos no daban más de sí. Por ese motivo, a finales del siglo XVIII se acometió la preparación de cuatro necrópolis repartidas por los cuatro puntos cardinales, en solares que entonces se encontraban a las afueras de la capital.

Esos camposantos históricos fueron el de Père Lachaise al este, el de Passy al oeste, el de Montaparnasse al sur y por supuesto el cementerio de Montmartre al norte. En aquellos años el solar no era más que una cantera abandonada, y se decidió acondicionar para que fuera el lugar de reposo eterno de miles de personas. Algunas de las cuales sin duda son auténticas celebridades.

Cementerio de Montmartre / Pixabay / Elianemey

Los tumbas famosas del cementerio de Montmartre

La lista de personalidades enterradas en el cementerio es muy larga. Hay escritores, actores, pintores, directores de cine, cantantes, bailarinas, compositores… Mariscales napoleónicos, políticos, aristócratas, científicos… Un poco de todo. Al fin y al cabo son 11 hectáreas repletas de panteones, tumbas y monumentos conmemorativos. No obstante, para que nadie se abrume, trataremos de presentaros algunos de los nombres más ilustres del cementerio de Montmartre.

Los escritores

Son varios los literatos que fueron enterrados en el cementerio de Montmartre. Uno de ellos fue Stendhal, autor de una de las novelas más intensas del siglo XIX, Rojo y Negro. También en este camposanto reposa Alexander Dumas hijo, el escritor de La Dama de las Camelias, cuya protagonista está inspirada en la cortesana Marie Duplessis, la cual también está enterrada aquí.

Cementerio de Montmartre / Wikipedia / Sebastian Wallroth

También recibió sepultura en el cementerio de Montmartre el literato Émile Zola tras su muerte en 1902. Sin embargo, unos años más tarde, en 1908 se decidió trasladar sus cenizas hasta el Panteón de Hombres Ilustres. Un lugar donde por cierto cuelga en una oscilación perpetua el péndulo de Foucault, un invento del físico Leon Foucault, que precisamente también tiene su tumba en el cementerio de Montmartre.

Los pintores

Si con algo relacionamos el barrio de Montmartre es con el arte de la pintura. Por aquí crearon algunas de sus más obras reconocidas varias generaciones de artistas, desde los impresionistas a las primeras vanguardias del siglo XX. Y obviamente algunos de esos creadores descansan en paz en el cementerio de Montmartre.

El más conocido de todos ellos posiblemente sea Edgard Degas, famoso por sus escenas de ballet. Pero hay muchos más. Está Gustave Moreau, el gran pintor del Simbolismo. Está Theodore Chassériau autor de telas cargadas de sensualidad. O está Jean Leon Gérôme, creador de estampas de historia capaces de inspirar a modernos cineastas, como Ridley Scott y su Gladiator.

Cementerio de Montmartre / Pixabay / David Pogue

Y hablando de cine. ¿Sabías que en el cementerio de Montmarte hay enterrados un buen número de actores y actrices francesas, además de uno de sus directores más carismáticos e interesantes. Nos referimos al inventor de la Nouvelle Vague, François Truffaut (1932 – 1984).

Los compositores

Otro gremio artístico que tradicionalmente vivió en este barrio parisino fue el de los compositores. De ahí que también haya tumbas muy queridas por los más melómanos, como es el caso de las sepulturas del violonchelista alemán Jacques Offenbach, o el compositor Hector Berlioz autor de la Sinfonía Fantástica. No obstante, el mundo de la música también puede homenajear en el cementerio de Montmartre a Adolphe Sax, inventor del instrumento que lleva su apellido: el saxofón.

Cementerio de Montmartre / Wikipedia


E igualmente está vinculada con la música una de las tumbas más visitadas de todo el cementerio. La de la cantante Dalida, un verdadero mito de la música popular en Francia que falleció en 1987. En su sepultura dominada por una escultura de la diva, jamás faltan las flores.

En realidad, hay muchas flores repartidas este conjunto funerario verdaderamente inspirador. Un paseo que nadie se debería perder durante su próxima visita a Montmartre.