La definición de multiverso nos habla de la existencia de universos paralelos, de realidades que no se ven a primera vista. Y no se me ocurre un mejor adjetivo para definir a Brno. Esta ciudad, situada al sur de Chequia, esconde tantas capas a nivel físico, histórico y social que resulta imposible conocerla con una sola visita. Vive en el pasado y también en el futuro, en las alturas y bajo tierra, vive tranquila pero llena de dinamismo y energía.

Brno es una ciudad que ha vivido históricamente a la sombra de Praga y de, la incluso más cercana, Viena. Y ha sabido aprovechar ese perfil bajo para crecer y vivir de una forma más tranquila y desarrollar un carácter único. Hoy se presenta sin complejos como el motor económico y de innovación de Chequia y se muestra como un destino turístico de lo más interesante. Pero, no te confundas, Brno no es una ciudad para ver en 24 horas, es un destino del que necesitas contagiarte con más calma. ¿Nos acompañas?

Breve historia de Brno:

Ayuntamiento Viejo de Brno desde la Plaza del Mercado – Foto: Christian Rojo

Brno, situada en el sur de Moravia en la confluencia de los ríos Svratka y Svitava, ostenta el título de la segunda ciudad más grande de la República Checa. Su historia, profundamente vinculada con la Europa medieval, se remonta al siglo XI, cuando la ciudad comenzó a crecer alrededor del histórico Castillo de Špilberk.

La ubicación estratégica de Brno, en el cruce de antiguas rutas comerciales que se extienden desde los Alpes hasta el Mar Báltico, y desde el Mar del Norte hasta el Mar Negro, le proporcionó un rápido desarrollo. Durante la Edad Media, Brno se convirtió en un importante centro comercial y cultural. En los siglos XVI y XVII, Brno prosperó aún más bajo el gobierno de los Margraves de Moravia, siendo un refugio para aquellos que huían de la amenaza del Imperio Otomano.

La Revolución Industrial del siglo XIX llevó a la ciudad al mapa mundial como un importante centro textil que generó mucha riqueza y la convirtió en un importante centro industrial durante el dominio soviético. Brno también jugó un papel crucial durante la Segunda Guerra Mundial, resistiendo la ocupación nazi y convirtiéndose en un fuerte de la resistencia checa.

Esta compleja historia se refleja en un paisaje urbano que mezcla arquitectura de todos los siglos, convirtiéndola en un hervidero de diversidad cultural y arquitectónica. Brno no es solo una ciudad que ha resistido la prueba del tiempo, sino que ha florecido a través de ella, creciendo en cada etapa para convertirse en la vibrante ciudad que es hoy en día.

Un paseo por su centro histórico:

Plaza de la Libertad – Foto: Christian Rojo

Un paseo por el centro histórico de Brno es un paseo por su historia, pero, sobre todo, una invitación a disfrutar de una ciudad que transmite tranquilidad y energía al mismo tiempo. Sus amplias avenidas, sus callejuelas, sus animadas plazas o las iglesias que se elevan (literalmente) a los cielos se mezclan con cafés acogedores, calles comerciales con bonitas tiendas o modernos restaurantes que reflejan el espíritu joven que contagia la ciudad.

Plaza de la Libertad y del Mercado de Verduras

El paseo puede comenzar en la Plaza de la Libertad (Náměstí Svobody), el corazón de la ciudad. Esta plaza ha sido durante siglos el epicentro de la vida de Brno y todavía hoy en día es raro que no se esté celebrando en ella algún evento. Rodeándola disfrutaremos de una serie de bonitos edificios barrocos bellamente conservados.

La plaza está presidida por un intrigante Reloj Astronómico inaugurado en 2010. Con forma de pequeño obelisco es un objeto de fascinación y debate entre locales y visitantes. ¿Eres capaz de adivinar la hora? Te descubrimos un truco infalible que solo conocen los locales: colócate frente a la escultura, gira tu cabeza a la izquierda y mira el reloj de la torre que preside la plaza.

Reloj Astronómico de Brno – Foto: Christian Rojo

Caminando hacia el este, se llega a la Plaza Zelný Trh, conocida por albergar el Mercado de Verduras. El mercado ha funcionado desde el siglo XIII y es un lugar ideal para probar la frescura de los productos locales. En la misma plaza se encuentra la Fuente de Parnas, un monumento de finales del siglo XVII que representa una alegoría de los tres imperios antiguos: el Sacro Imperio Romano Germánico, Hungría y Polonia.

Junto a la plaza, se levanta orgulloso el Ayuntamiento Viejo, que desde mediados del siglo XIII hasta 1935 albergó el poder administrativo de la ciudad. Su fachada es de estilo gótico y podemos ascender hasta su torre para disfrutar de un mirador de la ciudad. Dentro se encuentra el famoso cocodrilo disecado que se ha convertido en el símbolo de la ciudad. Muy cerca, el Museo de Moravia o la enigmática Cripta de los Capuchinos son dos de las visitas preferidas por los turistas.

Catedral de San Pedro y San Pablo

Catedral de San Pedro y San Pablo – Foto: Christian Rojo

A estas alturas seguro que nos hemos sorprendido ya con la imponente silueta de la Catedral de San Pedro y San Pablo que se alza sobre nosotros. Muy dañada por incendios y guerras, el templo ha sido reconstruido y renovado varias veces en estilos románico, gótico y barroco. Su diseño actual se debe en parte a las renovaciones del arquitecto Mořic Grimm en el siglo XVIII y a las adiciones góticas del arquitecto vienés August Kirstein en los siglos XIX y XX, incluyendo sus icónicas torres gemelas que dominan la ciudad.

¿Sabes por qué las campanas de Catedral suenan a las 11 en vez de sonar a las 12?

  • Según la leyenda, esto se debe a un evento ocurrido durante la Guerra de los Treinta Años. Durante el asedio de Brno, los invasores suecos habían prometido retirarse si no lograban conquistar la ciudad antes del mediodía del 15 de agosto. Sin embargo, algunos astutos ciudadanos decidieron adelantar el repique de las campanas una hora antes de la fecha estipulada, engañando así a los suecos y forzándolos a levantar el asedio sin obtener ningún botín. Brno fue la única ciudad que logró repeler a los suecos en esta guerra.

Castillo Špilberk

Castillo Špilberk – Foto: Christian Rojo

Puede ser buen momento para animarnos a subir hasta el Castillo Špilberk, otro de los emblemas de Brno, no sin antes visitar el interesante Bunker 10-Z que se encuentra a sus pies y que hoy alberga un hotel (¿Te atreverías a alojarte en él?) El Castillo Špilberk en Brno, construido en el siglo XIII, ha servido múltiples propósitos a lo largo de la historia, incluyendo un castillo real, residencia de los margraves de Moravia, fortaleza militar y la prisión más dura del Imperio austrohúngaro.

Conocido por su resistencia durante la Guerra de los Treinta Años, ha albergado a prisioneros que van desde protestantes hasta revolucionarios de la época de las guerras con Francia e Italia. Después de ser utilizada como barraca militar, la fortaleza fue convertida en el Museo de la Ciudad de Brno en 1960.

Esculturas y Plaza Jakubské

Escultura a la Valentía en Moravské Náměstí – Foto: Christian Rojo

Después de visitar el castillo, podemos bajar dando un paseo por el agradable que lo rodea para regresar al centro de la ciudad y seguir callejeando por la ciudad mientras buscamos las originales esculturas que adornan Brno. La de Moravské Náměstí es una de las más conocidas y fotografiadas, aunque seguramente no por los motivos que le hubieran gustado a su escultor. Colócate debajo, mirando hacia la cabeza y camina lentamente hacia delante … No es de extrañar que la gente de Brno sea famosa por su sentido del humor.

Para terminar el día, podemos acercarnos hasta la Plaza Jakubské y su entorno, una zona con muchos bares y pubs que se va animando según se acerca la noche. En verano, el área detrás de la iglesia está repleta de gente, de pie o sentada en la acera. La Kostel sv. Jakuba (Iglesia de San Jaime), con su torre de 94 metros, es uno de los sitios más valiosos de la época gótica tardía en Chequia. Desde la plaza también podemos acceder a ver su osario, el segundo más grande de Europa después de las catacumbas de París.

Un valioso conjunto de Villas reconocido por la UNESCO

Villa Tugendhat – Foto: Josef Sobotka

Brno es un verdadero tesoro para los amantes de la arquitectura. Al caminar por sus calles, se puede observar la evolución del diseño arquitectónico residencial a través del tiempo. En particular, el siglo XX dejó una huella definitiva en la ciudad en forma de impresionantes villas modernistas, muchas de las cuales aún se conservan hoy en excelente estado.

La joya de la corona es, sin duda, la Villa Tugendhat. Diseñada por el renombrado arquitecto Ludwig Mies van der Rohe y completada en 1930, la villa es una obra maestra del estilo modernista. El interior de la villa es igualmente impresionante, con su innovador diseño de espacio abierto y su uso de materiales exquisitos, como el ónix dorado y maderas exóticas de palo de rosa, zebrano o ébano. Desde 2001, la Villa Tugendhat es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, y se ha convertido en un museo abierto al público, ofreciendo una visión única de la vida y la estética de la vanguardia de los años 20 y 30.

Interior de la Villa Stiassni – Foto: Christian Rojo

Otro ejemplo notable de la arquitectura residencial del siglo XX en Brno es la Villa Stiassni, en este caso de estilo más funcionalista. La villa, obra del arquitecto Ernst Wiesner, fue construida para la familia de Alfred Stiassni, un empresario textil judío, y se considera una de las edificaciones residenciales más notables del periodo de entreguerras.

Wiesner supo aprovechar la inclinación del terreno sobre el que se edificó la villa. La planta baja se vincula con el jardín mediante un balcón cerrado y patios naturales que se ubican delante de las fachadas sur y este. Sin embargo, la familia sólo pudo disfrutar de la villa durante nueve años, ya que en 1938 tuvieron que huir a Londres para evitar la persecución nazi. Tras la Segunda Guerra Mundial, la villa, que había sido residencia de la Gestapo, pasó a utilizarse como escenario de importantes eventos históricos y celebraciones gubernamentales. Y, en 2014, después de un profundo proceso de renovación, la villa abrió sus puertas al público.

Otro ejemplo, que es incluso anterior, es la Villa Löw-Beer. En 1903, el dueño de una fábrica, Moritz Fuhrmann, construyó una casa basada en un diseño del arquitecto vienés Alexander Neumann. Tras la muerte de Fuhrmann, la villa fue comprada por el magnate textil Alfred Löw-Beer en 1913. En 1929, cedió una parte de la parcela a su hija Greta para construir una casa familiar, que se convertiría en la Villa Tugendhat.

En general resulta recomendable pasar una tarde paseando por la colina de Kraví Hora que alberga un conjunto realmente interesante de mansiones y casas residenciales de principios del siglo XX. En la cima de la misma, podemos visitar el Observatorio y Planetario de Brno con una interesante exposición interactiva y preciosas vistas de la ciudad.

Un sorprendente recorrido por el Brno subterráneo:

Brno
Galerías subterráneas de Brno – Foto: Pavel Radosta

En los últimos tiempos se ha desatado un creciente interés y curiosidad por las ciudades subterráneas que esconden los destinos turísticos más famosos. Roma y París son posiblemente las más conocidas pero lo cierto es que Brno no tiene mucho que envidiarlas como podrás comprobar. Bodegas, criptas, osorios, bunkers, depósitos de agua … las opciones son muy diversas.

Comenzamos en los pasadizos del laberinto que se esconde bajo el Mercado de Verduras, que conecta bodegas medievales situadas a una profundidad de entre seis a ocho metros. Descubriremos cómo se almacenaban alimentos, vino y cerveza en la antigüedad, cómo se iluminaban estos espacios subterráneos y también se expone una colección de hallazgos arqueológicos. La visita incluye un viaje a un antiguo laboratorio de alquimia y rinde homenaje a los médicos, farmacéuticos y físicos que hicieron famosa a Brno en toda Europa.

Las réplicas de un cepo y una jaula para “locos”, ambas presentes en el mercado de la ciudad en el siglo XVII, rescatan la faceta más oscura de la vida de hace siglos. El recorrido también incluye una descripción de las penalizaciones que enfrentaban los artesanos, comerciantes y mercaderes que cometían actos deshonestos.

Las bodegas que se fueron construyendo bajo las casas de la plaza servían como depósitos para sus propietarios y comerciantes locales, y como refugios en tiempos de guerra. Las bodegas fueron un enigma durante mucho tiempo, pero las exploraciones de la última década desentrañaron el laberinto completo, que en 2009 se reestructuró para conectar los pasadizos y abrirlos al público.

Osario de Brno

Otra visita subterránea fascinante es el ya comentado Osorio bajo la Iglesia de San Jacobo. Se calcula que más de 50.000 personas se encuentran enterradas aquí, lo que lo convierte en el segundo más grande de Europa. Desde principios del siglo XIII, con el crecimiento de la ciudad, el cementerio se quedó corto en capacidad, lo que llevó a la implementación de un método de entierro especial. Este implicaba la reapertura de las tumbas cada 10 a 12 años, para despejar los restos y hacer sitio para un nuevo cuerpo.

Los restos se movían a áreas subterráneas especiales, conocidas como osarios. Sin embargo, las epidemias frecuentes de peste y cólera llenaron rápidamente estos espacios. En 1784, José II implementó reformas que llevaron al cierre de los cementerios por razones de higiene. Los restos se trasladaron a una cripta, se derribó el muro del cementerio, se pavimentó el área circundante de la iglesia con las lápidas y, con el tiempo, el osario se olvidó lo que, paradójicamente, le permitió llegar hasta nuestros días en un gran estado de conservación.

Ya hemos hablado también del Búnker Z-10, uno de los dos que podemos visitar en la ciudad. Este búnker, construido originalmente como refugio antiaéreo en la Segunda Guerra Mundial, se transformó en una tienda de vinos en 1946, fue confiscado por el gobierno soviético en 1948 y completado como refugio nuclear en 1959. Nunca se usó para su propósito original y se abrió al público como una estructura histórica en 2016. Los visitantes pueden explorar el lugar y ver varios videos sobre su historia, así como la parte técnica del refugio y las puertas de las celdas de muerte de una antigua prisión.

Otro búnker menos conocido es el Refugio Denis, cuya extensión alcanza los 900 metros. Si hubiera ocurrido un ataque nuclear, los ocupantes podrían haber sobrevivido dentro del refugio durante hasta cuatro días. El refugio estaba equipado para ser autosuficiente en cuanto a agua, electricidad y suministro de aire, especialmente si se almacenaban suficientes víveres y raciones. A pesar de las condiciones de hacinamiento, este espacio tenía la capacidad de albergar hasta 3,000 personas.

Interior de los Depósitos de Agua – Foto: Christian Rojo

Por último, Brno ha dedicado muchos esfuerzos en los últimos años para dar valor a sus históricos depósitos de agua que son auténticas catedrales subterráneas. Durante siglos, Brno dependía del río Svratka para su suministro de agua, pero a pesar de la expansión de la red de suministro en 1853, tanto la cantidad como la calidad del agua pronto resultaron ser insuficientes. En 1863, se lanzó un concurso para la construcción de una nueva red de suministro de agua. La propuesta ganadora, elegida en 1869, fue un proyecto del constructor londinense Thomas Docwra.

La estructura se erigió sin acero, madera o hormigón armado, utilizando variados tipos de arcos, que hoy nos dejan una marcada impresión de un laberinto subterráneo. Los trabajos concluyeron en 1872. A finales del siglo XIX y principios del XX, se añadieron a los depósitos dos tanques de concreto, lo que aumentó la capacidad total a más de 20.000 metros cúbicos. Los depósitos dejaron de funcionar en 1997, cuando se desconectaron de la red de suministro. Actualmente se puede visitar uno de los depósitos con una visita guiada, que se agota rápidamente, aunque el ayuntamiento de Brno está trabajando para habilitar otro depósito cercano y facilitar los accesos.

Brno se revela, por tanto, como una ciudad que trasciende las dimensiones del tiempo y el espacio, siendo capaz de ofrecer tantas perspectivas y capas como quieran sus visitantes. Una ciudad vibrante y dinámica que está desempeñando un papel clave en el desarrollo económico y cultural de Chequia, tratando de robar algo de protagonismo a la anhelada Praga. Sin duda, hace tiempo que lo está consiguiendo.