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Siberia es como cualquier otro lugar del mundo. La gente vive, se ensucia, lava y, después, tiene que tender la ropa para secarla como cualquiera de nosotros. La única particularidad que tiene este rincón del mundo es que aquí las temperaturas pueden alcanzar los 50 grados bajo cero. ¿Se puede secar la ropa a estas heladas temperaturas?

Lo cierto es que sí. La fotógrafa rusa Svetlana Kázina ha decidido compartir un vídeo con toda su audiencia sobre cómo es un día cualquiera en su vida después de hacer la colada. En él, muestra como la ropa, además, la tiende en el exterior. Nada de tendederos en el interior de las casas. Y eso lo hace mucho más impresionante, pues al recogerla nos espera una gran sorpresa.

Lo primero es tender la ropa en el exterior

Como en cualquier otro lugar, Svetlana sale de su casa con la cesta de la colada recién hecha. El objetivo es colgarla y conseguir que se seque. Esto parece muy normal, pero no lo es tanto cuando en el exterior de las montañas de Altái, donde vive, las temperaturas pueden llegar a alcanzar los 50 grados bajo cero.

Tender la ropa en el patio exterior de su casa, a pesar del extremo frío que hace, no es un problema para esta fotógrafa. Sin embargo, decidió hacer un vídeo para mostrar cómo era el día a día con la colada para que todo el mundo pudiera ver la sorpresa que se encuentra cuando va a recogerla.

Una sorpresa al recoger la colada

Así se seca la ropa en Siberia
Así se seca la ropa en Siberia

Sí, el proceso de secado ha ido todo lo normal que puede ir con estas increíbles temperaturas. Pero la sorpresa llega en el momento en el que debe recogerla. Sí, no es que se la encuentre como recién salida de la lavadora, es mucho mejor. Cuando va a cogerla, podemos apreciar que la ropa está completamente endurecida debido al frío que la ha acompañado en todo momento en este rincón de Siberia.

Ya en sus manos, es increíble ver cómo parece estar cogiendo literalmente un trozo de cartón. La ropa, muy endurecida, se queda completamente plana y tiesa una vez que le quita las pinzas. Los que no estamos acostumbrados a esto nos llevaríamos una gran sorpresa al ver nuestra ropa de esta manera. Pero Svetlana se ha criado aquí, y no duda en hacer lo que todos los días para poder terminar de secar su colada mientras retira todo el hielo y la nieve que se han quedado impregnados en ella.

Cómo terminar de secar la ropa

Después de recoger lo que parecen láminas de cartón, la chica pasa rápido al interior de su casa. No hace falta ni usar un recipiente donde colocarla. Las láminas son tan perfectas que fácilmente se colocan unas encima de las otras. Ponerla al resguardo del frío es lo único que consigue que la ropa vuelva a su estado natural, se termine de secar y pueda ser usada de nuevo.

Eso sí, lo bueno es que cuando termina de secarse, aunque deba ser ya en el refugio del hogar, la ropa sigue oliendo por completo a nieve fresca. Esto es lo que hace de Siberia ese lugar tan especial y que nos llama tanto la atención a la hora de hacer la colada.