¿En serio me estáis contando que este año no hay Balaton Sound? Uno de los festivales más importantes de música electrónica de Europa se toma un descanso este 2025 tras 15 ediciones convirtiendo el lago Balaton en una fiesta. Pero la vida sigue a orilla del mar de Hungría: tal vez los 30.000 patos, gansos y fochas que frecuentan esta zona agradezcan que ya no suene la música de Paul Kalkbrenner o la de Marshmello...
Unos cuantos años antes de que miles de festivaleros invadiesen los veranos del Balaton, ya se había convertido en un lugar de moda en plena Guerra Fría, reuniendo incluso a familias separadas por el Muro de Berlín. Porque el Balaton también es historia, custodiando el documento más antiguo escrito en esta lengua en la Abadía Benedictina de Tihany, primera parada de nuestro viaje por el lago más grande de Europa Central.
Rodeando el Balaton, el verano húngaro

La península de Tihany nos muestra el origen geológico del Lago Balaton: cinco cuerpos de agua cuyas barreras se han ido erosionando con el paso del tiempo hasta formar una enorme masa de agua con una superficie de casi 600 km², una longitud de 77 km y una costa que suma más de 230 km.
Pero si bien la anchura máxima del lago puede alcanzar los 14 km, en Tihany apenas suma 1,5 km. En esta localidad se ubica el monumento más importante del Balaton, una abadía benedictina con casi un milenio de historia en la que está enterrado su fundador, Andrés I de Hungría.
Para que os hagáis una idea de hasta qué punto Tihany (y buena parte del Balaton) está de moda, un dato: esta localidad tiene la renta per cápita más alta del país y los precios de sus viviendas son los más caros.

En la orilla sur, frente a Tihany, un gran complejo vacacional que incluye un parque de atracciones, el emplazamiento del mencionado Balaton Sound, además de diversos campings, la forma más natural (y asequible) de disfrutar de este entorno: pero reserva con tiempo que las parcelas vuelan en verano.
Tampoco pasa desapercibida Balatonfüred, ciudad balneario famosa también por su puerto deportivo y su paseo marítimo Tagore en honor el premio Nobel indio que se curó de sus dolencias en sus aguas ya hace casi un siglo, lo que disparó la fama del lugar.
Como famosos son los vinos de las tierras altas del Balaton que, no solo forman un Parque Nacional y son candidatas a ser Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, sino que ofrecen las mejores condiciones climáticas y de nutrientes en su suelo para cultivar los viñedos más destacados de toda Hungría: tanto en el propio paseo de Füred (como se la denomina coloquialmente) como en Badacsony, al oeste de Tihany, tienen lugar eventos veraniegos que rinden culto al vino.
Las playas del sur y el mayor lago termal de Europa

Llegando ya al extremo occidental de la orilla norte del lago visitamos la ciudad de Keszthely, la que para muchos es la más bonita del Balaton. Aquí se encuentra el venerable palacio de Festetics, el emblema barroco del lago junto a la abadía de Tihany: se trata del cuarto palacio más grande del país (y el más visitado), destacado también por sus amplios jardines.
También merece la pena acercarse al Museo Balaton, la mejor forma de comprender la historia de este entorno que ha nutrido la región de la Transdanubia desde mucho antes de que se convirtiera en destino vacacional. Aquí, por ejemplo, puedes enterarte del porqué del singular color verde esmeralda del lago: es rico en carbonatos y sulfatos, y en sus aguas crecen unas 2.000 especies de algas.

Y a un paso de Keszthely otro lugar que se ha convertido en un emblema húngaro: Hévíz, el lago termal medicinal más grande de Europa. Y ya sabemos que los húngaros saben mucho de termas y balnearios. Para los que nos gusta el agua calentita, esto es la gloria: la temperatura de sus aguas supera los 33 grados en verano.
Fue justamente el conde György I. Festetics el que mandó construir el primer baño sobre el lago de Hévíz a finales del XVIII. Pronto media Europa Central hacia peregrinación a este pequeño lago para bañarse entre nenúfares blancos.

Pero si prefieres bañarte en el lago grande, en el Balaton, en la propia Keszthely se ubica una de las playas más famosas del entorno: Gyenesdiási. Vale que no es una playa como las que tenemos en nuestro Mediterráneo, pero ha sido nombrada en varias ocasiones como la mejor playa familiar de Hungría... un país, que no lo olvidemos, no tiene mar.
De cualquier forma, las mejores playas están en la orilla sur del lago porque es la zona menos profunda del mismo: Napfény, Balatonföldvár Keleti o la propia zona de Zamárdi compiten por atraer a los veraneantes con una combinación de aguas tranquilas y diversas atracciones para los más pequeños incluyendo castillos hinchables y decenas de toboganes acuáticos.

En el extremo oriental del lago se encuentra Siófok, otro importante centro turístico del Balaton con infinidad de hoteles con vistas al lago. Y este es un buen lugar también para alquilar una bicicleta y dar una vuelta. De hecho, puedes dar la vuelta completa ya que buena parte de la orilla del Balaton está habilitada con carriles bici: una de las mejores experiencias que puedes vivir en este lugar.
Pero no hay que olvidar que esto es un lago, y aún no lo hemos navegado. Es un poco más caro que la bicicleta pero, ya que estamos aquí y nos hemos quedado sin Balaton Sound... pues al menos un atardecer en la cubierta de un velero.
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