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Bodegas Bilbaínas, Muga, Rioja Alta S.A., CVNE… Seguro que te suenan alguna de estas bodegas, ¿verdad? Pues están todas en el mismo barrio de la misma localidad: el Barrio de la Estación de Haro, la mayor concentración de bodegas centenarias del mundo, la Meca del amante del vino.

Y es que el transporte del vino ha sido históricamente el gran hándicap de esta bebida y la aparición del ferrocarril en la primera mitad del XIX dio el espaldarazo definitivo al vino de Rioja surgiendo en Haro todo un barrio en torno a su estación de tren que, hoy en día, es la “Gran Vía” del vino de Rioja. Nos vamos a descubrirla… y a catarla.

El Barrio de la Estación, el corazón del vino de Rioja

Barrio de la Estación de Haro - Fuente: Depositphotos
Bodegas R. López de Heredia Viña Tondonia en Haro – Fuente: Depositphotos

Y en este caso se trata de una metáfora aún más pertinente, porque este barrio actuó durante décadas como el corazón que suministraba vino a través de las arterias del incipiente ferrocarril, el cual que cambió para siempre la historia de esta localidad.

Y es que no hay que olvidar que el primer proyecto de línea férrea en España está vinculado al transporte del vino: es en Jerez de la Frontera donde empresarios locales y británicos trataron de construir un ferrocarril de tan solo 6 kilómetros entre Jerez y El Portal, sobre el Guadalete, para aprovechar este río para el transporte del vino y el brandy rumbo al resto de Europa.

Aunque finalmente aquel proyecto no se llevó a cabo hasta décadas más tarde y hubo que esperar hasta 1848 para ver en España la primera línea férrea entre Barcelona y Mataró, fue una inspiración para lo que sucedería en Haro a mediados de siglo. Y de nuevo, como solía suceder en España con cualquier proyecto de gran calado industrial, vinculado a capital extranjero.

La ‘revolución francesa’ del vino en Haro

Haro
Haro

Pese a que la vinculación de Haro con el vino viene de antiguo, como así sucede en buena parte de La Rioja, fue la llegada de los negociants franceses los que impulsaron la producción, el negocio y el transporte del vino a partir de la segunda mitad del XIX.

La crisis del oídium durante esa época que arrasó muchos viñedos en Francia provocó que los empresarios vitivinícolas del país vecino miraran hacia el sur para mantener a flote el negocio. La posterior plaga de la filoxera dio la puntilla a los viñedos franceses: fue la plaga más devastadora en la historia de la viticultura mundial, más de cinco millones de hectáreas de viñedo tuvieron que ser arrancadas en el continente entre 1870 y 1930.

En este contexto crítico, los comerciantes franceses llegan a Haro atraídos por la inauguración de la línea de ferrocarril en agosto de 1863 que unía Tudela y Bilbao pasando por Haro y la posterior apertura de la estación provisional en torno a la actual calle Cantarranas.

Comienzan así a abrirse diferentes instalaciones en torno a las vías del tren, muchas de las cuales se inspiran en modelos de arquitectura francesa, pero manteniendo la tradición de los calados subterráneos, fórmula tradicional riojana para custodiar los vinos.

Es así como se va configurando lo que hoy conocemos como la Capital del Rioja: se modernizan los procesos de gestión del vino gracias a la experiencia francesa, también por la pasteurización del vino, esterilizando el mismo y facilitando su consumo y transporte.

Entre 1877 y 1892 se vive la primera época de esplendor del comercio del vino desde Haro gracias al liderazgo de los empresarios franceses y la consolidación del ferrocarril. Pero es tan solo el primer episodio del Barrio de la Estación de Haro que continúa su crecimiento una vez que los franceses van recuperando sus viñedos al otro lado de los Pirineos.

Una vuelta por el Barrio de la Estación de Haro

Barrio de la Estación de Haro - Fuente:  CVNE / Facebook
Escultura de Anthony Caro en Bodegas CVNE – Fuente: CVNE / Facebook

El Barrio de la Estación se ubica al norte de Haro, pasando el río Tirón. Tanto la avenida de la Costa del Vino como la avenida Vizcaya o la propia calle Estación están flanqueadas por edificios e instalaciones vinculadas a algunas de las bodegas más populares de La Rioja.

La primera bodega que te encontrarás tras pasar el Monumento a la Vendimia es Bodegas Muga, ubicada en su icónico edificio bicentenario y siendo la única bodega de España que cuenta con un maestro cubero y tres toneleros propios: así se mantiene viva la tradición de las cubas y tinas de madera frente a la creciente competencia del acero inoxidable.

Y es que Bodegas Muga se ha convertido en una referencia en el uso de los materiales más nobles combinando la tradición de la clarificación mediante la clara de huevo fresco y la trasiega por gravedad, junto a las técnicas de elaboración más moderna.

Bodegas Muga - Fuente: Barrio de la Estación
Bodegas Muga – Fuente: Barrio de la Estación

Al otro lado de la calle se ubica López de Heredia, la más veterana, siendo inaugurada en 1877 por el chileno, pero de ascendencia española, Rafael López de Heredia y Landeta. Los dos elementos más significativos de esta bodega son el Txori Toki o “casita de pájaros” que corona el conjunto y la tienda-expositor diseñada nada menos que por Zaha Hadid.

En frente tenemos la bodega Gómez Cruzado fundada en 1886 que, actualmente, es una de las más pequeñas del barrio con una producción de unas 200.000 botellas de cada cosecha y que, en su día, fue una rareza en la zona al especializarse en vinos blancos.

Un poco más adelante está La Rioja Alta S.A. fundada en 1890 por viticultores vascos y riojanos que comenzaron a poner en el mercado en la primera quincena del siglo XX los conocidos como Reserva 890 y Reserva 904 que hoy siguen embotellándose siendo dos de las grandes joyas vinícolas del barrio.

Barrio de la Estación - Fuente: Depositphotos
La Rioja Alta S.A. en el Barrio de la Estación de Haro – Fuente: Depositphotos

Al otro lado de las vías del tren se ubican dos bodegas más que populares. Por un lado, CVNE cuyo nombre es sinónimo de Rioja en todo el mundo. La Compañía Vinícola del Norte de España se funda en 1879 siendo actualmente, tras más de 140 años, la misma familia la que permanece al frente de esta bodega cuya sala de barricas fue diseñada por la escuela de un tal Gustave Eiffel.

Por su parte, Bodegas Bilbaínas tampoco necesita presentación, manteniendo aún parte de la estructura de carga de vagones en una de las fachadas icónicas del barrio. Y es que esta bodega fundada en 1901 fue una de las tres que contó con muelle propio al que accedían los trenes. Pero su zona más antigua es de 1859 perteneciendo en origen a una casa de vinos francesa imitando el modelo de chateau.

Bodegas Roda - Fuente: Barrio de la Estación
Bodegas Roda – Fuente: Barrio de la Estación de Haro

Y la última bodega que encontrarás en la Meca de las bodegas riojanas es Roda, la más joven del barrio. Los empresarios Carmen Daurella y Mario Rotllant, conocidos por su vinculación con Coca-Cola Iberian Partners, han apadrinado la que ya es conocida como la bodega más sostenible de España, gracias a su pionero sistema de energía solar térmica.

Fue en 1987 cuando Roda se fundó sobre un calado del siglo XIX que los viticultores usaban para almacenar aquellas cosechas que luego eran enviadas a Burdeos por el tren que dio nombre al barrio. Para completar el proyecto, el estudio Llimona Ruiz Recoder Arquitectes, entre otros colaboradores, diseñaron nuevos espacios como su venerado patio subterráneo con luz natural, la última joya de este Barrio de la Estación en la que tradición y modernidad se dan la mano para celebrar la cultura del vino de Rioja.

Visitas y eventos en el Barrio de la Estación de Haro

Fuente: Barrio de la Estación
Fuente: Barrio de la Estación de Haro

Una buena forma de conocer más a fondo el Barrio de la Estación de Haro es participar en algunas de las visitas guiadas que proponen. Son tours de grupos reducidos (no más de 12 personas) que recorren las diferentes bodegas que forman parte del barrio mostrando su filosofía y disfrutando de uno de sus vinos más destacados.

Los jueves, y a lo largo de tres horas y media, puedes recorrer las Bodegas Roda, Gómez Cruzado y Bodegas Bilbaínas, mientras que para los viernes, y con la misma duración, tienes la visita a La Rioja Alta, Muga y CVNE.

Por su parte, también existe la posibilidad de sacarte un “pasaporte” con una validez de 12 meses para disfrutar por un precio reducido de una experiencia de enoturismo que incluye la degustación de 6 vinos seleccionados y 6 tapas: una actividad para los que recelan de las guias ya que el acceso a los Wine Bars de las bodegas es libre, pudiendo ser recogido físicamente en CVNE.

Y no hay que olvidar las visitas y eventos que promueven cada bodega por separado, como el picnic en el balcón del Ebro de Bodegas Roda o el viaje en globo de Bodegas Muga, así como el evento Barrio de la Estación International Wine Encounters que promueve el espíritu internacional de las bodegas del barrio, a través del hermanamiento con bodegas de zonas vitivinícolas de gran prestigio y que este pasado mayo celebró su segunda edición.