Una imagen vale más que mil palabras. Este viejo dicho recoge a la perfección la esencia de Instagram, que, efectivamente, se basa en el poder de los elementos visuales para provocar millones de respuestas y, por supuesto, entretenernos en nuestros ratos ociosos. Sin embargo, el ahínco de muchos viajeros por ganar más seguidores o ‘likes’ y presumir de ‘feed’ de Instagram les lleva a subir fotos de destinos que no se corresponden con la realidad, ya sea porque los han inmortalizado en momentos puntuales o les han añadido un sinfín de filtros, alterando sus proporciones y colores y, por lo tanto, presentándolos al mundo con unas características distintas a las que en realidad tienen.
Así que no son lugares reales, sino desvirtuados, que únicamente existen gracias a la magia de Instagram y sus herramientas. He aquí una selección de destinos que no son lo que parecen, sino el resultado del ilusionismo de dicha red social.
1Stonehenge, Inglaterra

Este megalito de piedras mágicas ubicado en la mitad de una llanura de Wiltshire, al sur de Inglaterra, es uno de los lugares más visitados del país y también uno de los más misteriosos del mundo, pues su significado aún está lleno de incógnitas. Diariamente vemos fotos en Instagram de lo más bonitas y místicas, que lo presentan como un lugar lleno de magia y espiritualidad. Sin embargo, la realidad es muy distinta.
Primero, el gran trajín de viajeros le roba silencio y tranquilidad, restándole magia. Segundo, no se puede pasear entre las piedras que conforman el monumento, sino que hay que verlo desde las sendas habilitadas a unos metros.