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¿Te consideras un verdadero amante del vino? No es para menos. Se trata de una de esas bebidas que suele acompañar los mejores momentos, y muchas veces también los más tristes, desde que somos jóvenes hasta el final de nuestras vidas.

A lo largo de este recorrido literario, pretendemos daros a conocer una mínima parte sobre el proceso de creación del vino, considerando cada uno de los detalles que hacen posible su llegada a nuestra mesa, y cuáles son las diferencias que existen entre las distintas variedades.

Vista del Castillo de Peñafiel. Foto: Diputación Valladolid

Y la mejor manera de obtener esta información, además de pasar un buen rato, es recorrer algunos de los varios museos del vino que tenemos en España. Afortunadamente hay opciones para elegir, aunque estamos seguros de que una de las más recomendables es el Museo del Vino en Peñafiel.

Quienes se encuentren planeando un viaje a esta zona del territorio nacional, o aquellos que directamente quieran obtener datos sobre la producción del vino y su historia por parte de los expertos, deberían incluir este sitio en su hoja de ruta.

Muestra de caldos. Foto: Diputación Valladolid

El Museo Provincial del Vino no sólo representa una de las edificaciones más clásicas y famosas de todo Valladolid sino que además se ha convertido, desde el instante mismo de su fundación, en un punto central sobre el que se mueve la totalidad del turismo enológico local.

El Museo del Vino dentro del castillo de Peñafiel

Una de las exposiciónes del museo. Foto: Diputación Valladolid

Lo primero que debemos tener en cuenta, entonces, es que este Museo del Vino se halla ubicado ni más ni menos que dentro del célebre castillo de Peñafiel, lugar declarado Monumento Histórico Nacional en 1917, y localizado sobre la bellísima Ribera del Duero.

Es tal la relevancia que este caldo tiene para los habitantes de la región, que se decidió el emplazamiento del museo que le rinde homenaje en uno de sus edificios más relevantes, pensando en el sello de identidad que representa, y la necesidad de difundirlo a los visitantes. Después de todo, la viticultura vallisoletana es uno de los grandes orgullos de sus residentes.

En cuanto a los orígenes del castillo, los historiadores coinciden en que podríamos ubicarlos a mediados del siglo IX. Sin embargo, no se puede perder de vista que el aspecto actual lleva la marca personal de Don Pedro Téllez Girón que, en pleno siglo XV, decidió realizarle algunas modificaciones esenciales, hasta darle ese aire a un navío anclado que lo distingue.

Si recorremos el castillo aprovechando nuestra visita al museo, algo que sugerimos, podemos hallar también otros enclaves de interés como por ejemplo la Torre del Homenaje, con su mirador de las riberas del Duero y los alrededores. Las panorámicas aquí son impactantes.

Una de las exposiciónes del museo. Foto: Diputación Valladolid

Con el paso de los siglos, el castillo de Peñafiel se transformó por su ubicación estratégica, en un sitio por el que desfilaron diferentes civilizaciones, mientras se intentaba desesperadamente su defensa. Gracias a esos valientes luchadores, hoy podemos seguir disfrutando de tan majestuosa construcción, predominante entre los valles del Duero y del Duratón.

Como decíamos antes, es esa necesidad de adaptarse a las rocas que se encontraban y a la forma del cerro que le acompaña, lo que marca la identidad de este castillo con sus ángulos agudos, los mismos que le confieren ese aspecto de embarcación. Incluso, cuando se produce niebla a sus pies, la sensación es mucho más definida. Parece que estamos, efectivamente, ante un navío.

El Museo Provincial del Vino

Acceso al museo.

En este espacio sin igual la Diputación de Valladolid decidió, hace ya dos décadas, promover el Museo del Vino de Peñafiel, con la finalidad de dar a conocer la riqueza enológica de la provincia que, de hecho, contempla el mayor número de denominaciones de origen de España.

Para los más conocedores, hablamos de las D.O. Tierra de León, Ribera del Duero, Cigales, Toro y Rueda. La última de ellas, incluso, es la más antigua que podemos encontrar en Castilla y León. Hasta tal punto es la distinción de tales productos, que generalmente se aclara en ellos que se trata de Vinos de la Tierra de Castilla y León, como una prueba de su calidad.

Gracias a los contenidos de este paseo, quien se encuentre de visita podrá conocer todos los pormenores del extenso y complejo proceso de elaboración del vino, a través de una serie de exposiciones que le permitirán apreciar la materia prima en cada una de las fases del proceso, y cuáles son los cambios que ésta sufre hasta transformarse en el producto definitivo en las góndolas.

Mientras los expertos a cargo de las recorridas se encargan de explicar cómo estas tareas han ido modificándose con el paso de los años y la aparición de maquinaria, es interesante descubrir cuáles son aquellos pasos que se mantienen tales como al comienzo de los tiempos.

Podrás conocer en vivo y en directo el uso de los tipos de prensa, el porqué de la elección de una herramienta u otra, cuál es el rol que cumple la cata por parte de un especialista antes de que el vino sea comercializado, y otros aspectos que sólo puedes detectar en estas circunstancias.

Vista panorámica Castillo de Peñafiel.

Por supuesto, no se trata únicamente de dar una vuelta por las instalaciones, sino que además puedes pasar a la sala de catas profesional para degustar algunos de los riquísimos varietales que se producen en la zona, consultar la biblioteca con material acerca de la historia del vino, o pasar por la tienda para llevarte algún regalo para la familia o amigos.

Días, horarios y entradas

Los horarios de visita del castillo y el museo del Vino de Peñafiel son de martes a domingos, tanto por la mañana como por la tarde, aunque con variaciones de acuerdo a la época del año en cuestión.

Normalmente, los lunes tanto el castillo como el museo permanecen cerrados al público.

Hay distintos precios según el recorrido que quiera realizarse, siendo el más barato el que sólo dispone de acceso al castillo, y elevándose cuando queremos movernos libremente por el museo del vino o realizar una cata comentada. De todos modos, en ningún caso el valor supera los 10 euros por persona, mientras que los menores de 12 años entran gratis.