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A principios del siglo XVIII, el empresario y político Juan de Goyeneche adquiere unos terrenos al sudeste de la Comunidad de Madrid para ejecutar un proyecto pionero en España: una pequeña localidad de nueva planta que debía erigirse en núcleo de un complejo industrial aglutinando en su entramado urbano edificios representativos, plazas, mercados y zonas de esparcimiento junto a viviendas para trabajadores. Una utopía ilustrada que se adelantó a su tiempo mostrando las carencias y las complejidades del tejido económico español.

Declarado Conjunto Histórico Artístico en 1980, pasó a ser Bien de Interés Cultural en el año 2000 abriéndose un Centro de Interpretación en el 2003 que trata desde entonces de difundir el legado de Juan de Goyeneche y su “sueño imposible” de Nuevo Baztán. Nos vamos al sudeste de Madrid para recorrer las calles de este pueblo único en la Comunidad.

Juan de Goyeneche y Nuevo Baztán

Nuevo Baztán
Fuente: Santiago López Pastor / Flickr CC BY-ND 2.0

“Don Juan de Goyeneche, Señor de la Villa de la Olmeda de este Arzobispado, ha fundado a sus propias expensas un lugar en un despoblado en el término y jurisdicción de la referida Villa de la Olmeda, llamado Nuevo Baztán, que tendrá ochenta casas, y más de quinientas personas, donde ha puesto fábricas de cristales, sombreros, pieles, y telares de seda, y lana (…) haciendo fructuoso el campo, que antes era inútil…”.

En este Informe del Arzobispado de Toledo de 1722 se describe de forma entusiasta el resultado del proyecto de Nuevo Baztán que había cristalizado una década antes. Pero Juan de Goyeneche ya llevaba muchos años de febril actividad antes de abordar su gran proyecto.

Nacido en 1656 en Arizcun en el Valle de Baztan (Navarra) se trasladó a Madrid muy joven donde ejerció diversas funciones políticas, siendo administrador de Carlos II y tesorero de su esposa Mariana de Neoburgo. Al morir el rey sin descendencia, Goyeneche tomó partido por los Borbones que reclamaban el trono frente a los Habsburgo… y la jugada le salió bien. Felipe V fue el primer Borbón en el trono español y Juan de Goyeneche recibió un espaldarazo a sus proyectos.

Fue así como empieza a apartarse de la actividad política y se centra en sus empresas, incluyendo la apertura del periódico La Gaceta de Madrid, uno de los más antiguos en España, y origen del Boletín Oficial del Estado. Pero Goyeneche necesita algo más: quiere emular los proyectos de Colbert en Francia, el célebre ministro de Luis XIV. Medios y ambición no le faltan. Tan solo necesita unos terrenos para abonar su sueño y un maestro de obras que crea en sus ideas.

Nuevo Baztán
Estatua de Juan de Goyeneche en Nuevo Baztán. Fuente: Santiago López Pastor / Flickr CC BY-ND 2.0

Es entonces cuando compra una parcela al sudeste de Madrid en el entorno de Olmeda de las Fuentes, donde ya tenía sus dominios como Señor de la Villa. Una vez cumplido su primer objetivo contacta con José Benito de Churriguera, uno de los arquitectos más importantes del barroco español, para que le asesore a nivel urbanístico y arquitectónico.

¿Y qué quería hacer Juan de Goyeneche en Nuevo Baztán? ¿Por qué fue una ‘utopía’… y por qué fue ‘ilustrada’? Las teorías de Colbert en Francia abogaban por la creación de un sistema económico centralizado en el que el Estado debía proteger los intereses de la nación modernizando el sistema fiscal y fomentando la industria nacional para equilibrar la balanza de pagos reduciendo las importaciones. En un ámbito mucho más pequeño y modesto, Juan de Goyeneche trató de aplicar las teorías del colbertismo a su proyecto madrileño.

Lo haría fundando un asentamiento urbano de nueva planta en el que se incluirían fábricas, viviendas para obreros, mercados y posadas para comerciantes, además de edificios administrativos y representativos como el palacio y la iglesia y de esparcimiento como la plaza de fiestas: una ciudad a pequeña escala y autosuficiente que fuera el inicio de un giro económico en la atrofiada España de principios del XVIII.

Nuevo Baztán
Vestigios de las viviendas para trabajadores que se construyeron en Nuevo Baztán. Fuente: M. Peinado / Flickr CC BY-ND 2.0

De alguna forma, Juan de Goyeneche fue un ilustrado avant la lettre, mostrando en su carácter y sus proyectos algunas de las motivaciones de las teorías ilustradas que germinarían en buena parte de Europa en la segunda mitad del XVIII.

Pese a que la Ilustración como movimiento tiene su lado oscuro en el ámbito social —en la práctica, la igualdad y la justicia social nunca estuvo en el ‘programa’ de los dirigentes ilustrados— hay que admitir que personajes como Goyeneche, al menos, trataron de modernizar el tejido económico español avanzando una Revolución Industrial que, por otro lado, tampoco llegó ser tal en la mayor parte de España… origen de algunas taras que España sigue lamentando 300 años después.

Recorriendo Nuevo Baztán

Uno de los aspectos que primero llama la atención de Nuevo Baztán es su organización urbana siguiendo una trama ortogonal estructurada en diferentes cuadrículas formadas por los diversos edificios y equipamientos de la ciudad. En este sentido, José Benito de Churriguera demostró aquí que era algo más que un retablista, creando una ciudad de nueva planta combinando esquemas clásicos de organización urbana con elementos propios del urbanismo castizo como la proliferación de plazas porticadas.

Nuevo Baztán
La Plaza de Fiestas. Fuente: M. Peinado / Flickr CC BY-ND 2.0

En este sentido, la plaza de fiestas en un elemento típico de la arquitectura popular castellana con arcos rebajados en la galería superior con barandillas de hierro forjado. Tanto la familia de Goyeneche como la propia Familia Real acudían aquí para presenciar diversos espectáculos.

En Nuevo Baztán también podemos recordar aquellas viviendas populares que Goyeneche fomentó para mejorar la productividad de las fábricas haciendo que los trabajadores residieran lo más cerca posible de su puesto de trabajo. La Plaza de la Cebada, en el extremo norte de Nuevo Baztán, es el lugar en el que todavía quedan vestigios de estas viviendas.

Pero lo más llamativo de esta localidad es el complejo que forman el palacio y la iglesia diseñados por José de Churriguera siguiendo las indicaciones de su promotor. Unidos por una torre, ambas fachadas responden a un estilo barroco atemperado menos exuberante que otras construcciones del periodo apostando por una mayor sencillez y austeridad incluyendo reminiscencias del Escorial, sobre todo en la torre de bolas y balaustrada pétrea.

Nuevo Baztán
Fachada de la Iglesia de Nuevo Baztán. Fuente: Wikipedia

Por su parte, la iglesia, consagrada a Francisco Javier, patrón de Navarra, integra una portada y dos torres rematadas por pizarra a cuatro aguas recordando también el estilo herreriano y otorgando una celebrada armonía a este complejo palacio-iglesia. Por supuesto, en su interior destaca el retablo ejecutado por el propio Churriguera.

La ruta por Nuevo Baztán también obliga a detenerse ante El Olmo Viejo el único superviviente de la grafiosis —una enfermedad que afecta al olmo— que asoló al poblado durante décadas. Forma parte el Catálogo de Árboles singulares de Madrid y fue galardonado en 2007 como ‘Árbol emblemático’ de España.

¿Y qué fue de Nuevo Baztán? Las dificultades para mantener a flote la fábrica de vidrios por la competencia de otros productores europeos fue un grave escollo con el que se encontraron los administradores del poblado ya en tiempos de Goyeneche. Pero fue la desaparición de su fundador lo que provocó que Nuevo Baztán no tuviera continuidad entrando con los años en un profundo letargo antes de su definitivo abandono. Se puede decir que Nuevo Baztán fue un fracaso, pero son fracasos como este los que alumbran el futuro.