La gastronomía española tiene fama internacional. No es de extrañar, si tenemos en cuenta que la riqueza y tradición culinaria de nuestro país es excepcional, además de contar con unas peculiaridades y unas características particulares en cada comunidad autónoma.
La comida es uno de los puntos fuertes a la hora de atraer a nuestra tierra a los turistas, pero no siempre prueban cualquier cosa a la primera alegremente. Valgan de ejemplo estos nueve platos típicos españoles que sorprenden a los turistas y que seguro que has tenido que explicar más de una vez cuando conversas con algún extranjero.
Rabo de toro
Uno de los platos típicos españoles, en este caso, tradicional de la cocina andaluza, es el rabo de toro. Los extranjeros se asombran ante una comida que tiene su origen en una receta del siglo XVI, cuando era lo típico elaborarla después de que se celebraran las corridas de toros.
Aunque los extranjeros se sorprenden ante este plato, también hay que reconocer que son muchos los españoles de otras zonas de España que también comparten su desconcierto cuando visitan Andalucía y tienen la posibilidad de probar esta comida típica.
Pulpo á feira
Uno de los platos típicos de Galicia, y que no puedes dejar de degustar si vienes a esta tierra, es el pulpo á feira, que muchos denominan pulpo a la gallega. Solo la visión del pulpo ya asombra a los extranjeros, con sus ocho tentáculos, su enorme cabeza y pequeños ojos, que consiguen que les parezca un monstruo.
Pero aunque no lo vean, contemplar aquellas patas cortadas en rodajas con ese color y ese aspecto tan característico puede provocarles rechazo. No obstante, todo se queda en una anécdota cuando se meten en la boca el primer bocado. El pulpo es un manjar exquisito.
Manitas de cerdo
Las manitas de cerdo es otro de los platos típicos de nuestro país que puede provocar rechazo a los extranjeros. Esta parte del cerdo se guisa en salsa y el truco está en chamuscar bien su pelo para que quede lisa y tenga aspecto más apetecible. El guiso de manitas de cerdo es una de esas comidas perfectas para entrar en calor cuando hace frío en invierno.
Percebes
Los percebes sorprenden a los extranjeros por partida doble: primero, por su aspecto; segundo, por su precio. Y si es que nunca han visto esas especies de uñas y cómo se cogen, parece normal que se asombren. Sea como fuere, muchos son los que se dan cuenta después de probarlos que son una delicatessen completamente adictiva y que si tomas uno no pararás hasta que no quede ninguno en el plato.
Angulas
Otro de los manjares de la gastronomía española que cada año alcanza precios desorbitados y asombra a los extranjeros por su aspecto son las angulas, así como las más económicas gulas. A los turistas les parecen una especia de largos y desagradables gusanos a los que se les echan ajos y guindilla, por lo que suelen mostrarse bastante reticentes a la hora de degustar este plato típico. Por su puesto, cuando lo hacen, casi todos ellos cambian de opinión al respecto.
Lengua
Son muchos a los que les resulta desagradable el aspecto de la lengua de vaca o ternera, que sirve como ingrediente principal a otros de los platos típicos regionales de nuestro país. Puede prepararse estofada, guisada o en salsa, aunque a menos que disimules o no les digas lo que es, muchos extranjeros evitarán probarla.
La lengua también es consumida en Lationamérica, y en países como México lo típico es prepararla en tacos. Esta carne es de textura suave y rica en zinc y en vitaminas como la B2, B3 y B6.
Lamprea
Uno de los platos típicos gallegos, especialmente en la provincia de Pontevedra, es la lamprea. De hecho, la localidad de Arbo es considerada la capital de la lamprea del mundo, donde la capturan en el río Miño. Cada mes de abril se celebra en ella una destacada fiesta gastronómica en la que este pescado azul es el principal protagonista: la Fiesta de la Lamprea.
La lamprea es un pez prehistórico que vive en el mar y se reproduce en el río, con un aspecto un poco desagradable y monstruoso, lo que a los turistas de fuera de Galicia suele sorprenderles. Sobre todo, cuando descubren que son una especie de vampiros acuáticos que succionan la sangre de sus víctimas para alimentarse.
Por si eso fuera poco, la receta más típica consiste en cocinarla en su propia sangre, así que el asombro ya es absoluto. No obstante, la lamprea también es objeto de otras elaboraciones, como guisada, asada, a la brasa o en empanada.
Crestas de gallo
Sin duda, las crestas de gallo forman parte de otro de esos platos que los turistas extranjeros miran con extrañeza. A muchos les cuesta probarlas, aunque constituya uno de los manjares de la cocina típicos de Castilla y León, especialmente en las provincias de Salamanca y Zamora, y de Castilla-La Mancha, y también se coman en otros países como Francia y China. Puedes probar las crestas de gallo estofadas, fritas, con arroz o a la zamorana.
Hay que reconocer que no solo los extranjeros pueden mostrarse reacios a probarlas, ya que los viajeros de otras zonas del país en donde no sea habitual comerlas también pueden mostrar cierto rechazo, al igual que sucede con otros platos típicos como las patas o esgarrapaderas, que también sorprenden a los turistas y que solo unos pocos se atreven a tomar.
Criadillas
Las criadillas, al igual que las orejas, las tripas, las manitas de cerdo y toda la carne que encuadramos en la denominada casquería, con numerosos platos típicos en la gastronomía española, provocan la más absoluta extrañeza en los extranjeros. Entre todas ellas, seguramente, las criadillas sean las que más asombro provoquen, después de todo, se trata de los testículos de cualquier animal que puede encontrarse en el matadero como el cerdo, el cordero o el toro.
Lo más tradicional es preparar las criadillas rebozadas o a la plancha. En América Latina suelen prepararlas en ceviche, y también se comen con frecuencia en otros países como Irán, Turquía y Grecia.
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