Embarcarse en un viaje sin más compañía que tu maleta es la quintaesencia de la aventura. Todos sabemos las ventajas que tiene viajar solo: libertad, tranquilidad, flexibilidad, etc. Además, es lo ideal si el viajero desea conocer a fondo el país al que viaja ya que se ve obligado a entrar en contacto directo con los locales. Pero, precisamente por ello, viajar solo también es más ambicioso, exigente… y peligroso.
Organizaciones como International SOS o World Economic Forum elaboran todos los años informes sobre los países del mundo atendiendo a criterios como la seguridad, el servicio médico, la calidad de las infraestructuras o el impacto del terrorismo. Analizando estos índices hemos elaborado esta lista de los países más peligrosos para viajar solo.
Yemen
El país situado al sur de la península Arábiga sufre una guerra civil desde 2015, año en el que el gobierno sufrió un golpe de estado. Desde entonces, el gobierno en el exilio y los golpistas que apoyan al presidente anterior siguen sin acercar posturas lo que deriva en una situación de extrema gravedad para los yemeníes. Pese a que cuenta con ciudades tan bellas como Saná, declarada Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO, Yemen es un país altamente desaconsejable para viajar solo.
Sudán del Sur
Declarado estado independiente en 2011, la República de Sudán del Sur es el país más joven del mundo y uno de los más peligrosos para viajar solo. El origen del conflicto en Sudán del Sur deriva —como la mayoría de los conflictos armados en África— del reparto del continente entre las potencias europeas en el siglo XIX generándose fronteras artificiales que no respetaron la idiosincrasia de las etnias locales.
“Hemos esperado 56 años para cumplir este sueño”, dijo el primer presidente del país Salva Kiir Mayardit tras la declaración de independencia en 2011. Pero tras este sueño, la pesadilla: una guerra civil que asola el país con resultados catastróficos: Sudán del Sur compite con Siria por ser el país con mayor número de muertos en conflicto armado del siglo XXI, además de ser uno de los estados con mayor mortalidad infantil de todo el planeta.
Siria
Damasco y Alepo son tan solo dos de los grandes atractivos que tiene un país como Siria, con una historia apasionante en la que destacan civilizaciones antiguas como los fenicios. Pero Siria vive uno de las consecuencias de uno de los peores conflictos armados de las últimas décadas que está lejos de concluir.
Diversas potencias extranjeras como Rusia, Estados Unidos, Turquía o Israel, en nombre de la lucha contra el terrorismo pero ocultando ambiciones geoestratégicas, siguen sin ser capaces de ofrecer argumentos sólidos para una paz duradera.
Afganistán
Otro país de historia apasionante enfangado en un sangriento conflicto que dura ya varias décadas. Tampoco en este caso la presencia de potencias extranjeras como la Unión Soviética primero, Estados Unidos después y últimamente China ha podido resolver los problemas del país. Las acciones de los talibán y el Estado Islámico contra el actual gobierno siguen generando una escalada de tensión que no tiene visos de terminar. Pese a sus innegables atractivos culturales, no es un país adecuado para viajar solo.
El Salvador
La Oficina de Naciones Unidas contra la droga y el crimen coloca a El Salvador como el país con mayor índice de criminalidad del mundo durante este 2019: 82 muertes por cada 100.000 habitantes superando a Honduras que había liderado esta ignominiosa lista en los últimos años. Así las cosas, el crimen organizado amenaza seriamente la seguridad del país impidiendo que este país centroamericano compita con otros de su entorno por atraer el interés del turista.
Nigeria
Según la organización International SOS buena parte de Nigeria se halla en riesgo extremo de seguridad mientras que el Foro Económico Mundial lo sitúa en penúltima posición en el índice “safety and security”. País que se halla en una increíble explosión demográfica y que vive una calma tensa a nivel político desde hace años sigue sin ofrecer unas elevadas cotas de seguridad al turista que viaja solo.
Papúa Nueva Guinea
Si hiciésemos una lista de países misteriosos por descubrir a buen seguro que Papúa Nueva Guinea estaría en las primeras posiciones. En un mundo cada vez más pequeño en el que apenas quedan ya rincones desconocidos, este país oceánico ofrece al viajero el aroma del paraíso perdido. Pero el precio que hay que pagar para ello es viajar a un país con riesgo alto tanto de seguridad como médico según International SOS.
Libia
Desde que se derrocara a Gadafi en 2011, Libia se mantiene en conflicto permanente. Los grupos que heredaron el poder tras la muerte del dictador no ha sido capaces de ponerse de acuerdo para gobernar el país y las consecuencias siguen siendo desalentadoras para la población civil mientras el turismo sigue dando la espalda a un país con una rica tradición histórico-cultural. Como sucede en otros estados nombrados en esta lista el influjo de potencias extranjeras apoyando a facciones enfrentadas complican aún más la solución del conflicto.
Venezuela
Alto riesgo médico, alto riesgo de seguridad, disputa política… Venezuela es un país que sigue sin ofrecer al turista tradicional unas condiciones adecuadas para disfrutar de los innumerables encantos del país sudamericano. La Oficina de Naciones Unidas sobre Drogas y Crimen sitúa a Venezuela en el antepenúltimo lugar del mundo con 56 muertes violentas por cada 100.000 habitantes, solo por detrás de Honduras y El Salvador. Pero, además, su deficiente seguridad médica y su delicada situación económica complican aún más la faceta turística del país.
Ucrania
Y para terminar esta lista de los peores países para viajar solo, una sorpresa relativa. El índice de criminalidad de Ucrania es preocupante, situándose en el número 99, justo por delante de Yemen. Así mismo, International SOS sitúan al país, especialmente su zona oriental, dentro del rango de riesgo extremo. Y es que la guerra del Donbás ha causado la muerte de más de 13.000 personas en los últimos años mientras Rusia y el gobierno ucraniano intentan ponerse de acuerdo de una vez por todas para poner fin al conflicto.
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