Durante las vacaciones, la habitación del hotel es nuestro refugio y el santuario del descanso tras las largas y agotadoras jornadas de turisteo. Aunque algunas lucen una decoración bonita y confortable y ofrecen un catálogo de servicios sumamente completo, lo cierto es que no son nuestra casa. Y tampoco están tan limpias como creemos, a pesar de que el personal de limpieza pasa todos los días.
La razón estriba que por nuestra habitación han pasado con anterioridad decenas e incluso cientos de personas, y todas han dejado microorganismos, gérmenes y bacterias que pueden hacer su agosto con nosotros y arruinarnos el viaje. No obstante, dichas bacterias tienen sus preferencias a la hora de habitar. Veamos cuáles son los cinco objetos menos higiénicos de un hotel.
1Mando a distancia

Es el gran invento del siglo, pues nos permite pasar de canal sin movernos. Si además tiene acceso a una amplia parrilla de canales, el placer es aún mayor. Claro que esto es lo que piensan la mayoría de huéspedes, quienes tienden a no separarse de este aparato. Así que acaba pasando por infinidad de manos y partes del cuerpo (¿cuántas veces nos hemos dormido con él debajo?), dejando restos de bacterias.
Sin olvidarnos que están expuestos al polvo y la suciedad todo el tiempo y que el personal de limpieza no implica tiempo a higienizarlos. Por todo ello es uno de los objetos menos higiénicos que podemos encontrar en la habitación de nuestro hotel. Pero tiene remedio: cúbrelo con una bolsa o límpialo con toallitas desinfectantes.