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Aunque cualquier estación del año resulta perfecta para hacer una escapada a nuestro país vecino, sin duda, el verano es una de las mejores si también quieres disfrutar de sus playas y sus actividades de ocio al aire libre.

Si a ello sumamos que hay zonas costeras, con estupendo clima y en las que se combina la belleza de sus espacios naturales con pintorescos pueblos y patrimonio histórico de interés, y que están poco masificadas, encontrarás el destino ideal para estos días. Sin duda, el verano constituye el mejor momento para conocer la costa del Alentejo en Portugal. Te contamos qué es lo que no debes perderte si planeas tus vacaciones en tan hermoso lugar.

Costa del Alentejo

Costa Alentejana
Fuente: Wikimedia/André Farinha | Landscape Photography CC BY-SA 4.0

La Costa Alentejana se extiende entre la península de Troia, en la ribera sur del río Sado, junto a la ciudad de Setúbal, hasta el norte del Algarve, la región del país limítrofe que cada año atrae a miles de turistas. Sin embargo, el Alentejo no alcanza esa masificación durante la temporada alta, y es posible disfrutar de increíbles playas y calas salvajes y tranquilas en las que perderse con la familia o en pareja.

Los casi 200 kilómetros de costa del Alentejo también esconden pequeños pueblos de pescadores, espacios naturales de excepción y lugares de interés que seguro que te enamoran.

Reserva Natural das Lagoas de Santo André e da Sancha

Lagoas
Fuente: Wikimedia/Koos van den beukel CC0 1.0

Entre los municipios de Santiago de Cácem y el cabo de Sines se encuentra la Reserva Natural das Lagoas de Santo André e da Sancha, en la costa del Alentejo. Este espacio natural está constituido por la Laguna de Santo André, que, con unas 500 hectáreas, constituye la más grande e importante del litoral alentejano, y la Laguna de la Sancha, con 15 hectáreas.

Las aguas dulces y saladas y el importante cordón dunar que sirve de barrera con el mar contribuyen a que se trate de un espacio con elevado valor ecológico y gran diversidad de flora y fauna. Todo ello lo convierte en un lugar paradisíaco para practicar senderismo y observación de aves, así como para disfrutar de deportes náuticos como el piragüismo o el windsurf.

Sines

Sines (Alentejo)
Fuente: Flickr/Vitor Oliveira CC BY-SA 2.0

Al sur de la Reserva Natural das Lagoas de Santo André e da Sancha se localiza el cabo de Sines y la ciudad homónima, una antigua localidad de pescadores que el tiempo convirtió en un centro industrial y turístico. De hecho, Sines cuenta con un importante puerto industrial petrolífero. Pero al margen de esa zona industrial, la ciudad todavía conserva su encanto, con un bonito puerto pesquero y deportivo.

Si te acercas a descubrirla te sorprenderán las ruinas de su castillo medieval, en el que se cuenta que nació Vasco de Gama y que acoge un centro museístico en torno a la figura del explorador y navegante, el Museo de Sines, construcciones de estilo Art Nouveau y playas como la de Vasco de Gama con su paseo marítimo.

Si vas con niños, acércate hasta el Badoca Safari Park, a unos 20 kilómetros de Sines: 90 hectáreas de parque zoológico en plena naturaleza.

Porto Covo

Porto Covo
Fuente: Flickr/Nuno Silva CC BY 2.0

A unos 10 kilómetros al sur de Sines encontrarás uno de los pueblos más bonitos del Alentejo. Y es que, con poco más de 1000 habitantes, el pueblo marinero de Porto Covo se alza sobre unos acantilados llenos de senderos que descienden hacia el puerto. Puedes acudir a la Praia Grande o a la encantadora cala denominada Praia dos Buizinhos, y no dejes de visitar la iglesia parroquial.

Frente a las costas de Porto Covo, a unos 250 metros mar adentro, se halla la deshabitada isla de Pessegueiro, en la que se descubrieron restos arqueológicos de la antigua ocupación cartaginesa. También son diversas las leyendas que cuentan que este islote era un refugio de piratas. En la zona, vale la pena la visita al Fuerte de Pessegueiro.

Parque Natural do Sudoeste Alentejano e Costa Vicentina

Alentejo
Fuente: Wikimedia/Justraveling.com CC BY-SA 4.0

Hacia el sur de la región del Alentejo, se extiende el Parque Natural del Sudoeste Alentejano y Costa Vicentina. Se trata de un sector del litoral europeo tan bien conservado que son muchos los biólogos, botánicos y zoólogos que se acercan hasta él para estudiar y conocer los tesoros naturales que alberga.

Con unos espectaculares acantilados, que constituyen el símbolo del parque natural, aquí sorprenden sobremanera las nutrias. Y es que este rincón de Portugal es uno de los últimos del continente europeo en el que todavía se pueden ver en un hábitat marino. Asimismo, las cigüeñas blancas anidan en los acantilados y son numerosas las especies de flora endémica.

Pero si por algo es famoso este espacio es por sus espectaculares playas, que entusiasman a los surfistas. Son muchas y diversas, desde arenales interminables hasta recogidas calas rocosas, como Monte Clérigo, Arrifana y la Playa del Amado.

Vila Nova de Milfontes

Vilanova De Milfontes
Fuente: Flickr/Vitor Oliveira CC BY-SA 2.0

Vila Nova de Milfontes es otro de los pueblos más hermosos de la Costa Alentejana, y un punto perfecto para quedarse y organizar rutas por la zona o simplemente disfrutar de la cercanía de sus bellas playas. El entorno es excepcional puesto que se ubica en pleno Parque Natural do Sudoeste Alentejano de Costa Vicentina.

Callejea por el centro, recorre la popular Rua Custódio Bras Pacheco, con sus tiendas y restaurantes, y no te pierdas la Praia do Farol y la Praia do Malhao. En toda la zona encontrarás alojamientos para todos los bolsillos, desde campings hasta casas rurales, pensiones y hoteles.

Zambujeira do Mar

Zambujeira do Mar
Fuente: Wikimedia/Concierge.2C CC BY-SA 3.0

Si lo tuyo son las playas más salvajes y con poca afluencia, te encantarán las de Zambujeira do Mar. Este es otro de los pueblos costeros alentejanos que no puedes perderte. Ronda los 1000 habitantes y está rodeado de playas y puntos de interés como la Capela de Nossa Senhora do Mar.

Y si quieres adentrarte en el interior del Alentejo, no olvides que en esta región se encuentran las conocidas como las ciudades de mármol portuguesas, que también merecen que las tengas presentes en tu lista de destinos pendientes.