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El Camino de Santiago, los Pirineos, la riqueza natural, una intensa y agitada historia y la condición fronteriza configuran y conforman el alma de las ciudades y los pueblos que integran Navarra. El Reyno es también un auténtico paraíso gastronómico, en cuyo recetario habitan propuestas que aúnan la influencia de las cocinas vasca, francesa, riojana y aragonesa, y turístico, por cuanto acopia un extenso catálogo de tesoros. Recorremos los diez rincones más espectaculares de la comunidad.

Valle de Baztán

Valle de Baztán

Inserto en el corazón del pirineo atlántico, conforma el municipio más extenso del mapa navarro, antaño tierra de hidalgos e indianos. Está vestido de verdes bosques de castaños y robles, helechales y praderas, que se alternan con tradicionales caseríos, ‘bonicas’ aldeas y su monumental capital, Elizondo, que destaca por su arquitectura señorial.

Un marco inmejorable, en el que Dolores Redondo ha encontrado la ambientación perfecta para su trilogía de libros, que han sido todo un éxito de ventas.

Castillo de Olite

Castillo de Olite

Preside la localidad homónima, donde el tiempo parece haberse congelado en el Medievo y cuya vasta trayectoria vinícola la han convertido en la capital del vino por excelencia. La fortaleza, también conocida como Palacio Real de Olite, se construyó durante el reinado de Carlos III en un impoluto estilo gótico.

Las torres y torreones que la jalonan convierten a este máximo representante del esplendor del antiguo reino de Navarra en todo un reclamo turístico y en el tesoro de su patrimonio.

Selva de Irati

Selva de Irati

Tras la Selva Negra alemana, es el hayedo y abetal más grande del continente europeo. En sus más de 17.000 hectáreas, presididas por el lago de Irabia, la naturaleza más virgen y la biodiversidad se adueñan del protagonismo. Un paraíso que puedes explorar a través de la red de senderos que la recorren, que además enlazan con maravillas rurales como Ochagavía u Orbaiceta.

Colegiata de Roncesvalles

Colegiata de Roncesvalles – Foto de Marianne Casamance

La localidad de Roncesvalles, que ocupa el norte de la comunidad y donde se celebró la histórica batalla del mismo nombre que supuso el derrocamiento de Carlomagno, guarda este embajador de excepción del gótico francés, en el que la iglesia de Santa María y sus preciosos ventanales decorados con vidrieras reclaman toda la atención.

También es punto de partida de la Ruta Jacobea, constituyendo un de los enclaves más mágicos del Camino de Santiago, donde el ambiente peregrino se palpa en cada rincón.

Las Bardenas Reales

Las Bardenas Reales

Próximo a Tudela, este inusitado parque natural parece robado a Marte al estar dominado por naturaleza inhóspita, cerros solitarios y barrancos con formas de los más caprichosas creadas por la acción de la erosión.  El marco es tan espectacular que goza del reconocimiento de Reserva de la Biosfera y, además, ha servido de escenario para numerosos anuncios y series como Juego de Tronos.

Monasterio de Leyre

Monasterio de Leyre

El valor de este conjunto monástico de arquitectura austera no solo estriba en su ubicación en lo alto de la sierra del mismo nombre, rodeado de un entorno natural maravilloso, sino también en la posesión de las muestras más antiguas del románico en Navarra y otras joyas como la bóveda gótica o la cripta del siglo XI.

Cueva de Mendukilo

Cueva de Mendukilo.
Fuente: Mendukilo.com

Recóndita en las entrañas de la sierra de Aralar, guarda desde hace siglos los cada vez menos secretos de la sierra y su historia, pero también los datos de uno de los “últimos continentes que nos faltan por descubrir”, tal y como nos explican en su web.

Aunque durante mucho tiempo estuvo cerrada para su estudio, hoy tiene tres salas abiertas: Artzainzulo, Laminosin y la Morada del Dragón, las cuales permiten contemplar la belleza de infinidad de formaciones geológicas.

Nacedero del Urederra

Nacedero del Urederra

La salida natural de las entrañas de la tierra del acuífero en el macizo kárstico de la sierra de Urbasa crea este asombroso espectáculo natural, en el que el azul turquesa de sus aguas y el exuberante bosque de hayas que lo abrazan acaparan el protagonismo. Llegar a él es un caramelo para los amantes del turismo activo, pues hay que recorrer un sendero, paralelo al río, que parte de Baquedano.

Viana

Ayuntamiento de Viana

Se erige en lo alto de un cerro, mirando al horizonte, y aún conserva la esencia y el entramado medieval de antaño. Sus máximos exponentes son la muralla, que sirvió para defender la localidad frente a los ataques de Castilla, y la iglesia de Santa María por su espectacular portada renacentista. Además, ejerce de punto final del Camino de Santiago en la comunidad, despidiendo al peregrino como se merece.

Cueva de Zugarramurdi

Cueva de Zugarramurdi.
Fuente: Wikipedia.

También conocida como la “cueva de las brujas” por su ubicación en el pueblo del mismo nombre, que tradicionalmente ha estado estrechamente relacionado con la brujería, la hechicería y la magia, es uno de los atractivos más inquietantes de la comunidad.

Para describirla, nada mejor que recuperar la información de la web de turismo de Navarra, que la describe como un lugar que “conserva un halo mágico por haber sido, hasta el siglo XVII, escenario de aquelarres, danzas en torno a hogueras, orgías a la luz de la luna y reuniones paganas, en las que hombres y mujeres escapaban de la rutina a través de festines desenfrenados”.