Entre la leonesa localidad de Astorga y el Monte Teleno, sublime telón de fondo de todos los paisajes que dibujan esta hermosa región,  se extiende la comarca de La Maragatería. Esta es la tierra donde durante tres siglos habitó un grupo étnico de orígenes inciertos  que desarrollaron sus grandes dotes comerciales para lidiar con una economía de subsistencia propia de la zona.

Es así como los hombres, conocidos también como muleros porque para sus transacciones utilizaban carros tirados por mulas, se dedicaron  a trasladar todo tipo productos, entre ellos, el pescado en salazón, pulpo, vino y otras delicias culinarias, además de caudales, oro y gran diversidad de mercancías procedentes de las colonias de ultramar. Tal fue su prestigio y poder, que disfrutaron de favores reales como los títulos de hidalguía o la exención del pago de impuestos.

Hoy en día, los hombres y mujeres maragatos han recogido el testigo de aquellos comerciantes emprendedores para poner en marcha originales proyectos e iniciativas rurales que cautivan y hechizan a todos los viajeros que se acercan a este tradicional destino de peregrinos del Camino de Santiago y la Vía de la Plata.

Astorga, fantasía y chocolate

Palacio Episcopal de Astorga - Foto: Javier García Blanco

Empezamos nuestra ruta  visitando la capital de la maragatería, Astorga. Aunque la ciudad yace en los límites de la comarca, aquí se encuentran la  mayoría de organismos públicos. Emplazada a 46 km de León, la antigua Astúrica Augusta vivió su época de máximo esplendor entre mediados del siglo XIX y principios del XX .Conocida también como capital del chocolate, fue una de las primeras localidades españolas en conocer y tratar este exquisito manjar  de dioses. En la actualidad se conservan cinco fábricas chocolateras, pero en 1914 llegaron a coexistir un total de 49 fábricas.

Si queréis conocer los detalles de esta interesante historia, no dudéis en visitar su Museo del Chocolate. Y, por supuesto, no abandonéis el lugar sin catarlo en algunas de las confiterías y cafeterías de la ciudad. Nosotros visitamos Confitería Velasco, (Pza. Eduardo Castro, 1), regentada por la cuarta generación de una familia de artesanos chocolateros y donde se puede adquirir una amplia gama de chocolates artesanos y a la taza, entre otras delicias reposteras típicas de la zona como los mantecados o los hojaldres.

Con el regusto del delicioso chocolate en el paladar, cruzamos la calle para detenernos a contemplar un palacio de cuento que inevitablemente nos trasladará al universo de fantasía liderado por la estética Disney. El Palacio Gaudí, ideado por el genial artista catalán entre 1889 y 1915, es la actual sede del Palacio Episcopal. Desde 1962 alberga el Museo de los Caminos, dedicado al Camino de Santiago. A escasos metros, se erige imponente la Catedral de Santa María, cuya construcción se inició en 1471 sobre una iglesia románica del siglo XII. Destacan especialmente la fa­chada renacentista de los Obispos y la fachada principal, de época  barroca.

Un laboratorio de la cultura pop

Santa Colomba de Somoza - Foto: Javier García Blanco

Rastreando las huellas de la idiosincrasia maragata, recalamos en Santa Colomba de Somoza. Este municipio eminentemente rural silueteado por viviendas de piedra con tejados a dos aguas y grandes puertas que permitían el acceso de los carros de los arrieros, se ha convertido en uno de los mayores reclamos turísticos de la zona. Su espectacular entorno natural junto al Parque Natural de las Médulas y la Sierra de Filabres, lo han situado en el epicentro del turismo rural, así como en sede de originales proyectos de pequeños empresarios y emprendedores.

Precisamente, Alex Diez Garín, antiguo vocalista del mítico grupo de los 80 Los Flechazos, es el artífice de una de las iniciativas más punteras  de la escena musical de nuestro país: el Archivo Gráfico de la Era Pop. Inaugurado el pasado 1 de junio bajo el nombre de Fundación 45, se trata de un museo único en el mundo dedicado a la edad de oro de la cultura pop: los años 60.

La zona destinada a exposición exhibe una colección inédita de materiales recopilados durante décadas por el propio Cooper: desde singles procedentes de todos los rincones del mundo, carteles de conciertos, partituras, postales, fotos firmadas por los grupos originales u hojas promocionales que mandaban a la radio y televisiones, etc.

“El objetivo principal es la promoción y difusión de la cultura pop. Yo vivo en León, pero quería vivir en el  campo y compramos una casa aquí. Llegamos a un acuerdo con el alcalde para crear aquí la sede de nuestra fundación: una especie de centro cultural, un laboratorio de cultura pop."

Uno de los grandes atractivos de este increíble lugar de culto para los amantes de la música beat es el archivo gráfico y sonoro destinado a la investigación y uso de todos aquellos  que así lo soliciten: “Contamos con una de las  colecciones más completas de revistas musicales de los años sesenta de todo el mundo, equipos de digitalización y una interesante selección de libros dedicados al beat y la música pop de esa década”, explica Alex.

Casa Pepa, la vida de antes

Casa Pepa - Foto: Javier García Blanco

Tras este aluvión cultural, es momento de regalarnos una sesión de relax y bienestar en Casa Pepa, un alojamiento rural emplazado a escasos metros de la Fundación 45. Inaugurada en el año 2000 por Pepa Alonso,  madre de la actual propietaria, esta casa es una auténtica joya de la arquitectura maragata. Cuidadosamente restaurada y adaptada para el descanso de los huéspedes, esta casona del s.XVIII conserva intacta su estructura. Su alma gira en torno al patio maragato, centro neurálgico de las vida de las antiguas familias de arrieros.

La actual propietaria, Laura Alonso, nos explica que otro de sus grandes tesoros es la tahona o cocina, que se ha mantenido en su estado original y que hoy en día se utiliza como sala museo y para realizar talleres de cocina como el que enseña a elaborar el cocido maragato a la lumbre. Distribuida en dos plantas, dispone de seis confortables habitaciones con una cuidada decoración.  El restaurante de Casa Pepa es un lugar idóneo para disfrutar de una gastronomía a base de recetas caseras elaboradas con setas y productos de la huerta.

Castrillo de Polvazares, esencia maragata

Castrillo de Polvazares - Foto: Javier García Blanco

Y hablando de gastronomía maragata, a escasos 12 km de Santa Colomba de Somoza y a siete de Astorga, exhibe con orgullo su esencia maragata Castrillo de Polvazares, distinguido como Conjunto histórico-Artístico. Este pintoresca y minúscula localidad medieval es uno de los pueblos maragatos mejor preservados de la comarca. También es famoso por su gastronomía tradicional y en especial el cocido maragato que, como sabréis, se sirve al revés.

Uno de los restaurantes más populares es Casa Juan Andrés, donde el cocido maragato es el plato estrella: te sirven el primer vuelco con chorizo de León, tocino ibérico de hoja, gallina, oreja y morro de cerdo, morcilla de vaca, codillo del lacón y relleno, y el segundo con garbanzos de León Pico Pardal y berza de la zona de temporada rehogada con ajo, pimentón y piparras. Para rematar, deliciosos postres caseros café de puchero, orujos gallegos y hojaldres de Astorga.

Recorrer las calles de piedra de esta histórica localidad es trasladarse a la vida de antes, la vida de esta enigmática cultura que ha dejado en estos lares su huella impertérrita. El tiempo parece haberse detenido y no resulta difícil imaginar cómo vivían los hombres y mujeres maragatas.

Cecina de León, manjar de dioses

Cecinas Nieto - Foto: Javier García Blanco

Visitar esta comarca impregnada de  historia, cultura,  naturaleza y las tradiciones es una oportunidad para conocer otro de los productos que forman parte de la gastronomía de la zona desde hace siglos: la cecina de vacuno. Conocida fuera de nuestras fronteras como el jamón de vaca, este manjar es uno de los más representativos de la provincia de León. La auténtica, ya que cecinas de León hay muchas y no todas buenas, es la que está distinguida con el sello de la IGP Cecina de León, que exige un mínimo de siete meses de curación y garantiza el consumo de una cecina de vacuno de calidad soberbia elaborada de manera tradicional.

Una auténtica experiencia maragata no puede saldarse sin una visita a la fábrica de Cecinas Nieto,  regentada por los hermanos Nieto, muy cerquita de Astorga. Fundada en 1965 por José Nieto, padre de los actuales propietarios e hijo de una familia arriera maragata, hoy en día se ha convertido en una innovadora fábrica donde se elaboran aproximadamente de 230.000 kg de cecina al año. Para ello se utilizan cuatro partes de los cuartos traseros de las mejores razas vacunas (tapa, cadera, babilla y contra).

La visita a la fábrica incluye un recorrido que permite contemplar las seis fases de elaboración, así como catar este producto gourmet y aprender a distinguir entre las tres calidades de Cecinas Nieto: 7 meses, entre 12 y 18 meses (cecina reserva) y la especialidad de la casa: 18 meses: una cecina reserva premium única y exclusiva. Esta última es la única cecina premium de una firma española que se vende en Harrod's, Londres.