Bornholm no tiene la no sé qué más grande del mundo (ni la más pequeña), ninguno de sus rincones ha sido citado como la próxima sensación viajera por el New York Times, ni presume de ninguna discoteca entre las mejores del planeta. Pero tiene arenques. Y a veces hace sol. Y eso ya es mucho, que estamos en el Báltico.
Que sí, que el astro rey también asoma en la costa norte europea, pero en Bornholm calienta un poco más que en otras zonas vecinas, razón por la que se ha convertido en un destino de moda entre muchos viajeros escandinavos. Y tiene arenques. ¿Os hemos hablado ya de los arenques?
Bornholm, la perla de Dinamarca

Bornholm es bonita hasta sobre el mapa: suficientemente cerca de la costa para facilitar el viaje, pero suficientemente lejos para sentirte fuera de ruta; lo bastante grande como para que la excursión merezca la pena, pero lo bastante pequeña para conocerla a fondo en unos días. Porque Bornholm tiene el tamaño de Ibiza... pero se encuentra en el suroeste del Báltico, entre Suecia, Polonia, Alemania y Dinamarca, país al que pertenece.
Esta ubicación estratégica es la razón por la que Bornholm siempre ha sido peleada, desde la época vikinga hasta la II Guerra Mundial, cuando fue controlada por los nazis y bombardeada por los soviéticos. Las ruinas de Hammershus, al noroeste de la isla, es el mejor testimonio de esta historia de conquistas y reconquistas.
Esta gigantesca fortaleza que se asoma a la escarpada costa de la isla fue durante medio milenio el fortín que defendió (o trató de defender) Bornholm de los invasores. A mediados del XVIII perdió su función y los habitantes de la isla empezaron a apropiarse de los sillares de los edificios para apuntalar los suyos lo que terminó por configurar un ambiente románticamente ruinoso. Por cierto, los responsables del castillo advierten: "no se permite escalar sus murallas", que sabemos que hay visitantes que solo piensan en escalar en cuanto ven una ruina.

Bajando por la costa norte de la isla en dirección este se pasa ante el valle de Døndalen, uno de los espacios naturales más visitados de Borhholm en otoño: acércate al mirador Amtmandsstenen y disfruta de las mejores vistas, divisando en el horizonte Christiansø, la pequeña isla ubicada al norte de Bornholm que constituye el punto más oriental de Dinamarca: merece la pena la excursión en barco porque conjuga naturaleza virgen y una de las fortalezas más bonitas del Báltico, la del rey Cristián V.
Un poco más hacia el este, siempre por el litoral, se llega a Gudhjem, una de las localidades más visitadas de la isla por sus numerosos atractivos que ya apreció el pintor Oluf Høst, el héroe local: Bornholm es el sueño de un paisajista.

A unos kilómetros al sur de Gudhjem se encuentra la iglesia circular más grande y antigua de la isla, la de Østerlars. Se trata de uno de los iconos de Borhholm, una colección de iglesias circulares que son únicas en Dinamarca. ¿Y por qué tenían esa planta? Para defenderse: cumplían una doble función, como lugar de culto y como fortín. De hecho, las plantas superiores tienen pequeños agujeros desde los que se podía disparar a los invasores.
Y antes de llegar a la costa oriental de la isla, un nuevo emblema natural de Bornholm: Randkløve Skår. Se trata una grieta de unos 45 metros en un acantilado rocoso que nos muestra el lado salvaje de la isla. Es una de las razones por las que los daneses disfrutan tanto aquí: la llaman "la isla de las rocas" porque difiere mucho del paisaje llano y apacible del continente.
De la playa al bosque

La costa oriental de Borhholm es la que cuenta con los pueblos más pintorescos, desde Svaneke a Nexø. En la primera se ubica una famosa iglesia roja... casi rosa. No parece que en origen tuviera este color tan llamativo, pero fue "la moda" a finales del XIX y así se quedó.
Por su parte, Nexø se hizo famosa por el cine. Una de las películas más exitosas del cine danés de las últimas décadas, Pele el Conquistador, dirigida en 1987 por Bille August, se rodó en esta localidad. Y es que aquí se crió Martin Andersen Nexø, el autor de la novela en la que se inspira la película.
Y quién nos iba a decir, que en una de las islas más rocosas del Báltico, plagada de vertiginosos acantilados, íbamos a encontrar una playa tan deliciosamente apacible como Dueodde. Tiene todo lo que los fanáticos de las playas paradisiacas buscan: arena fina, aguas cristalinas y ambiente natural. Y ya que estamos aquí, ¿qué tal subir los 200 escalones del faro que se ubica justamente en el punto más meridional de Borhholm?

Pero esta isla no es solo su litoral, por supuesto. Al interior también se ocultan tesoros como Aakirkeby, la ciudad más importante de Bornholm durante la Edad Media y el punto de partida de una de las mejores rutas de senderismo para comprender la singular geología de la isla.
Y en el corazón de Bornholm, un bosque: las 6.000 hectáreas de Almindingen que combina en su entorno valles, montañas, lagos, ruinas de castillos y hasta un famoso grupo de bisontes europeos que viven en un recinto protegido desde hace algo más de una década. Y al final, entre unas cosas y otras, se nos ha quedado pendiente el arenque. Bueno, para una segunda visita: prometido.
Únete a la conversación