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El municipio cacereño de Trujillo, en la comunidad autónoma de Extremadura, es uno de los grandes tesoros escondidos del turismo de interior en España, una opción realmente interesante para una escapada de fin de semana. Por lo que conviene conocer algunos de sus múltiples atractivos que le han servido para ser nombrado uno de los “pueblos más bonitos de España”.

Una vez pisemos Trujillo, conviene comenzar el recorrido directamente desde el Palacio de Santa Marta, una construcción que data del siglo XVI, dentro de la cual no sólo podrás descubrir algunas de las características del conjunto arquitectónico local, sino también alojarte si así lo deseas.

Descubre uno de los escenarios de Juego de Tronos en la ciudad extremeña de Trujillo

Desde este punto, caminando por la calle Ballesteros y bajando por García de Paredes nos encontraremos con el Palacio de San Carlos, edificación que se asienta sobre una fortaleza de la época visigoda, dejando ver un prolijo estilo renacentista, con cuatro columnas, pórtico y balcón, además de un águila bicéfala, que es uno de los símbolos locales.

Sobre la Plaza Mayor tenemos el Palacio de los Orellana Toledo, el que fuera mandado a levantarse por el nieto de los Condes de Oropesa, entonces regidor de la ciudad. Sobre su galería se ubicaban los comerciantes de aquellos tiempos, transformándose en un histórico punto de reunión para los antiguos habitantes trujillanos.

Otro enclave que los visitantes no deberían perderse es el Museo del Traje de Trujillo, o Museo Enrique Elías, en el que se exponen toda clase de accesorios y vestimentas folclóricos, representativos de la cultura de estas comunidades. Allí es fácil comprobar cómo fue la evolución de la moda durante el último siglo, desde las ropas campesinas hasta las tendencias más urbanas.

Trujillo, tierra de aventureros

La Plaza Mayor y sus aledaños

La Iglesia y Convento de la Encarnación de Trujillo nos transporta a las décadas en las que los monjes de la orden de Santo Domingo poblaron la región de Extremadura. Tras arduos tratados, Enrique IV y su hija Isabel I de Castilla aceptaron realizar donaciones para construir dos conventos en Trujillo, uno de los cuales se conserva en original y casi perfecto estado.

Volviendo al casco antiguo hallamos otro edificio histórico, el Palacio de Juan Pizarro de Orellana, fortaleza defensiva con motivos militares, que lleva este nombre en honor a quien le realizó las últimas grandes modificaciones sobre su fachada. Posee dos torres de más de cinco siglos, y las referencias a las familias Pizarro y Orellana, en forma de grabados y escudos de armas.

Llegados a este punto, puede ser el instante ideal para descansar y comer algo, y por suerte la gastronomía aquí es tan generosa como su gente. Ejemplo de estas raíces culinarias es el restaurante la Victoria, ubicado justo enfrente de la Plaza Mayor, el cual es uno de los clásicos nativos. ¿Qué puedes probar? Entre los mejores platos están sin dudas el cerdo ibérico, o las torrijas con natillas si te gusta lo dulce.

Escenario de Juego de Tronos

Trujillo
Trujillo

Después de haberte alimentado estarás en condiciones de prestar atención a todos los detalles de la Plaza Mayor, donde se vislumbra buena parte de la vida de los ciudadanos de Trujillo y los viajeros. Entre ellos se erige la estatua de Pizarro montado a caballo, ya que el conquistador de Perú fundó en el continente americano una ciudad con el mismo nombre.

A un par de minutos de esta posición tienes la Torre del Alfiler, dentro de la cual funciona el Centro de Interpretación de la Historia de Trujillo, mientras que también puedes subir hasta la cima para conseguir algunas de las mejores panorámicas.

Si prestas atención, caminando un poco más darás con el Arco de Trujillo, famoso por ser una de las localizaciones que aparecen en la famosa serie Juego de Tronos, así que si eres fanático de esta producción podrás tomarte fotografías o conocer más al respecto. Incluso hay tours y visitas guiadas, sobre todo en la temporada de invierno.

La Casa Museo de Pizarro es otro sitio imprescindible para conocer no sólo ya sobre la historia de este “descubridor”, sino también sobre cómo era el estilo de vida de las personas hace 500 años. Allí verás exposiciones sobre el imperio inca, notas sobre algunas de sus hazañas, y la historia de objetos y hasta plantas traídas desde América.

Como puedes ver, Trujillo es un viaje a la España del pasado y un poco también a la historia del mundo, un recorrido que no deberías perderte si quieres abrir tus fronteras de conocimiento o simplemente pasar un buen rato con la familia o tu pareja.