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Birka es famosa por ser la primera ciudad vikinga de Suecia. En la actualidad ha sido nombrada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y es que cuenta con un encanto especial.

Está situada en la isla de Bjorko y se puede llegar a ella en un ferry cuyo trayecto tarda tan solo unas horas desde la capital del país, Estocolmo. Fundada en el 706, dicen de ella que es la ciudad más antigua y desde donde se controlaba el total del comercio de toda la región.

Un poco de historia sobre Birka

No solo llama la atención su pronta creación, sino también su fin. Al querer controlar el comercio de la región desde la misma, no tardó en convertirse en el punto de encuentro de varios mercaderes que provenían de varios rincones cercanos.

La isla al completo fue abandonada allá en el siglo X, ya que Sigtuna, ciudad ubicada a 40 km de Estocolmo, más cercana que Birka, se hizo con el control total del comercio de la época.

Pero Birka caló hondo en los suecos, debido a su larga historia. Tanto, que se ha decidido conservar para que pase a formar parte de la arraigada cultura del país. A los viajeros les llama mucho la atención el poder visitar la primera ciudad vikinga de Suecia, por lo que no es de extrañar su éxito renovado.

Así es Birka en la actualidad

Birka

Actualmente, Birka es una especie de museo al aire libre donde se recrea el estilo de vida vikingo. Las casas, los personajes de la época, etc., consiguen crear ese aire vikingo muy real que no deja indiferente a ninguno de los curiosos que se acercan a visitarla.

Las tradiciones y costumbres de esta civilización eran muy especiales. Hoy en día, gracias a la buena conservación de la ciudad podemos verlas con nuestros propios ojos. Dentro de la isla, además, hay un museo a través del que podemos viajar a esta apasionante época dentro de la historia de Suecia.

En el mismo podremos encontrar varias maquetas que representan al pueblo vikingo realizando sus tareas del día a día. Además, también se puede disfrutar de diversos objetos y herramientas cotidianas para acercarnos, más si cabe, a cómo era vivir un día metidos en su piel.

El interior de la isla

Cruz de Ansgar – Foto de Holger Ellgaard

Aunque no cuenta con demasiada extensión, tampoco le hace falta. La isla tiene un magnetismo especial que consigue atrapar al viajero desde el momento en el que este pone un pie en la misma. Un dato curioso es que se encuentra rodeada de unas 3.000 tumbas, ya que los muertos de la era vikinga se incineraban y, más tarde, sus cenizas eran cubiertas con un montón de tierra.

Uno de los rincones más especiales es el que alberga la cruz en honor a Ansgar. Este era un monje que aterrizó en la misma allá por el año 829 con un claro objetivo: deseaba convertir a los vikingos a la religión del cristianismo. Lo bueno de este rincón es que desde aquí podremos disfrutar de unas bellas y pintorescas vistas de todo el lugar, ya de por sí muy especial.

Al contar con una superficie tan limitada, lo bueno de Birka es que, si te decides a descubrirla, tan solo necesitarás una mañana de tu viaje para poder verla. Sin embargo, es recomendable reservar al menos un día para poder impregnarte del encanto histórico que guarda en cada uno de sus apasionantes rincones.

Un museo que te transporta a otra época

Es impresionante como un solo museo puede albergar tanta historia de toda una era. Es lo que ocurre con el Museo de Birka. A pesar de ser pequeño y sencillo, como todo en la isla, llama la atención por la cantidad de detalles e información que ofrece a los visitantes.

Podrás sentirte como un auténtico vikingo gracias a las cuantiosas miniaturas que recrean la época. Además, aprenderás cómo se organizaba esta curiosa civilización. Por ejemplo, de qué forma se presentaban los poblados y las casas. Un dato curioso es que siempre se formaban de forma perpendicular al mar.

Si hay algo que conocemos bien de los vikingos son sus apasionantes barcos, protagonistas de miles de historias. En este museo podremos disfrutar de una réplica a menor escala de una auténtica barca vikinga, así como de varios maniquíes vestidos como en la época para que puedas hacerte alguna otra foto.

Auténtico poblado vikingo

Isla de Birka
Isla de Birka

Si hay algo que llama la atención por su originalidad, es el poblado vikingo que han recreado en Birka. Se trata de un conjunto de unas cinco o seis casitas dispuestas alrededor de un embarcadero donde se encuentran amarradas algunas barcas de la época.

Corrales, decoración a tamaño real, diversos objetos cotidianos… Todo esto y mucho más es lo que nos espera en una de las mejores recreaciones que veremos en el país.

Para poder verlo de forma tranquila y pausada, es bueno dedicarle al menos media hora. Sin embargo, si deseamos entrar en más detalles o captar la mejor fotografía, no está de más demorarse todo el tiempo que haga falta para poder impregnarnos de esa esencia característica que guarda la ciudad.

Cómo llegar a Birka

Para poder llegar a la ciudad vikinga es necesario coger un ferri. El trayecto dura aproximadamente una hora y 45 minutos y sale desde la ciudad de Estocolmo. El punto exacto se sitúa justo al lado del Ayuntamiento de la capital, por lo que no tiene ninguna pérdida.

Si decides usar este medio de transporte, debes saber que la excursión durará todo el día. El ferri zarpa de Estocolmo sobre las 10 de la mañana y efectúa su vuelta desde Birka sobre las 17.30 horas de la tarde. Esto viene bien para no perder ningún detalle y poder aprovechar al máximo esta emocionante visita.

En definitiva, visitar Birka, la primera ciudad vikinga de Suecia, merece la pena si eres un apasionado de la historia y te encanta descubrir nuevos y antiguos lugares. Lo bueno de la isla es que recrea de forma fiel cómo eran los poblados y costumbres de la época, consiguiendo que el viajero sienta en todo momento que es uno más.