Seguramente alguna vez has sentido que vivimos en un mundo absurdo. Puede incluso que pienses que estamos rodeados de locos. Probablemente, muchas veces has concluido que, quizás, sea solo una percepción tuya. Pero no es así. La historia está llena de episodios que superan cualquier relato de ficción y repleta de personajes inverosímiles y disparatados que parecen salidos del teatro del absurdo.

Y no hay que remontarse muy atrás. Basta con mirar un informativo para constatar que efectivamente habitamos un mundo de locos. Afortunadamente también puede ser un lugar maravilloso donde la curiosidad creativa, la rebeldía y la igualdad son posibles. Alicia, el extraordinario personaje imaginado por Lewis Carroll, creía posible ese otro mundo situado entre el sueño y la razón. Por algo su impacto permanece prácticamente intacto 160 años después de su creación.

Los mundos de Alicia: Soñar el país de las maravillas

Colores y cambios de tamaña y perspectiva en Los mundos de Alicia. Soñar el país de las maravillas © Fundación "la Caixa"

Hasta el próximo 3 de agosto en CaixaForum Madrid, la exposición propone un viaje onírico a los orígenes, las adaptaciones y las reinvenciones artísticas del icónico personaje a través del tiempo y de las distintas disciplinas.

Y lo hace sumergiéndonos en un maravilloso, aunque disparatado, universo habitado por conejos obsesionados con el tiempo y orugas enigmáticas, por gatos inquietantes y excéntricos sombrereros, por reinas autoritarias y ejércitos de naipes. Metáforas extraordinarias de la psicología humana.

Una niña victoriana, una heroína moderna

La obra de Kiki Smith, Seer (AliceI) Foto: Yolanda Cardo

Quizás por eso la obra creada por Charles Lutwidge Dodgson, conocido como Lewis Carroll, una “tarde dorada” de 1862 para entretener a las hermanas Lorina, Alice y Edith Liddell, no ha perdido un ápice de vigencia. Cuentan que estos relatos improvisados entusiasmaron tanto a la pequeña Alice que Carroll prometió escribirlos para ella.

Unos meses después le entregó un manuscrito titulado Las aventuras subterráneas de Alicia, pero no fue hasta 1865 cuando el cuento se publicó como Alicia en el País de las Maravillas. Desde entonces nunca ha dejado de imprimirse y se ha traducido a más de 170 lenguas. Tal fue el éxito que escribió una segunda entrega: Alicia a través del espejo.

La exposición, organizada en colaboración con el Victoria and Albert Museum, explora diferentes respuestas a por qué la fascinación por un personaje victoriano continúa siendo tan apabullante hoy. Quizás sea la complejidad intelectual de sus páginas lo que ha convertido este “inocente” cuento infantil en todo un clásico universal de múltiples lecturas.

Protagonistas de cuento

Las escenas más emblemáticas del cuento están presentes en la exposición, como la fiesta del té © Fundación "la Caixa"

Con una museografía envolvente, diseñada por el escenógrafo y dramaturgo Ignasi Cristià, la muestra está estructurada siguiendo los doce capítulos de Alicia en el País de las Maravillas y dividida en cinco secciones temáticas. Desde la invención del mito, su consolidación en la gran pantalla hasta el influjo del personaje en la creación artística o en la moda.

La puesta en escena no puede ser más sugerente. Espacios que cambian de escala y de color para sumergir, literalmente, a los visitantes en las escenas más icónicas: la caída en la madriguera del conejo, la fiesta del té del Sombrerero Loco, el estanque de las lágrimas o el capítulo de los naipes con la iracunda Reina de Corazones. Una experiencia extraordinaria que oscila entre lo real y la fantasía, entre la cordura y la locura.

Acompañando la evocadora escenografía, la muestra reúne 283 objetos y obras de arte que ofrecen una amplia perspectiva sobre el impacto de esta obra victoriana, 160 años después de su creación.

Un personaje inspirador

Los personaejs de Alicia han inspirado a grandes diseñadores - Foto: Yolanda Cardo

La rebelde protagonista ha inspirado a las mentes más creativas. Su autor, el diácono anglicano Charles Lutwidge Dodgson (Reino Unido, 1832-1898), fue una figura muy peculiar: profesor de matemáticas, fotógrafo, escritor y un excelente narrador. Con gran ingenio supo reflejar en sus libros de Alicia una sociedad cambiante en una época de transformación marcada por la industrialización.

El cine advirtió pronto el potencial comercial de la historia. La primera adaptación cinematográfica, dirigida por Cecil Hepworth, data de 1903 y duraba apenas 10 minutos. Pero fue Walt Disney quien consolidó el mito con su película de animación de 1951, en la que Salvador Dalí contribuyó a crear una atmósfera surrealista. Tim Burton, por su parte, ofreció una versión más empoderada del personaje. Otros cineastas, como Jan Svankmajer, Eduardo Pla o Jordi Feliu, ofrecieron lecturas más experimentales o poéticas.

Alicia influyó también en la creación artística de los años 20 con el surgimiento del surrealismo. En los años 60 se convirtió en un símbolo antiautoritario de la contracultura. Artistas e intelectuales como Salvador Dalí, Max Ernst, Leonora Carrington, Marion Adnams, Dorothea Tanning, Eileen Agar, Aldous Huxley, Peter Blake, Edward Burra, Paula Rego o Kiki Smith están presentes en la muestra con obras inspiradas en la historia de Carroll.

Una fuente inagotable

Una reproducción de las ilustraciones de Lola Anglada en la exposición de CaixaForum © Fundación "la Caixa"M

Grandes diseñadores como Vivienne Westwood y Viktor & Rolf han reinterpretado el estilo de los personajes de Alicia en la pasarela o en publicaciones como Vogue. Ningún ámbito escapa a su influencia: las artes escénicas, la fotografía, la música, la danza, la realidad virtual, la sátira política o la parodia. Alicia es una fuente inagotable de inspiración y una metáfora poderosa cuando el sinsentido toma el poder.

Como asegura Kate Bailey, comisaria de la exposición: “Hay algo muy empoderador en la historia de una niña que marca la diferencia, que dice verdades al poder”. Bienvenidas sean las “Alicias”.