Cascadas, cuevas y parques naturales: estos son los ingredientes de nuestra receta para hacer frente al calor, el gazpacho turístico con el que brindamos por nuestros refrescantes paisajes de interior. Porque hay vida (estival) más allá de la costa y de nuestras queridas playas, que tenemos muchas y muy buenas, pero que si la sombrilla sale volando, que si la bandera roja, que si el niño con la pelotita de Nivea. Un poco de interior nunca viene mal...
Disfruta (y báñate) bajo una cascada
Que no venga un islandés a decirnos que lo suyo sí que son cascadas. Nuestra orografía (y meteorología) no genera los saltos de agua de otras latitudes, pero la belleza no reside solo en el tamaño y el volumen de agua. ¿Qué me dices, por ejemplo, Gunnar Gunnarsson, de la garganta de Las Nogaledas en el Valle del Jerte, con su zigzagueo? Y no me hagas llevarte al Salto del Nervión... Aunque hay que elegir bien el día, no vaya a ser que no tengamos agua.
Donde sí tenemos garantizado el agua es en las diversas cascadas de Beceite en Teruel, como en la poza de la Font de Rabosa donde también te puedes bañar y el agua está casi, casi tan fría como en Skógafoss.
En el interior del interior también te recomendamos el Nacimiento del Río Cuervo en Cuenca, un Monumento Natural que constituye una de las zonas de senderismo más populares de esta provincia. Por cierto, cerca de aquí también está el nacimiento de otro río que tal vez te suene: el Júcar.
En la vecina provincia de Albacete, otro nacimiento que genera un refrescante escenario: los chorros del Nacimiento del Río Mundo. Ni siquiera lo hemos llamado "cascada" para que no venga Gunnar a dar la tabarra. Pero al río lo hemos llamado "Mundo". Así somos, ¿qué pasa?
Y un poco más al norte, en Guadalajara, nos pasamos por el doble salto de agua de la Cascada del Aljibe generada en el curso alto del Jarama, antes de regresar a la Comunidad de Madrid.
¿Y sabías, mi querido Gunnar, que, en nuestras envidiadas Islas Canarias, además de las mejores playas del mundo, también tenemos tres o cuatro cascadas? Vente, por ejemplo, a la isla de Palma y sigue la ruta que culmina en la Cascada de los Tilos. No lleva tanta agua como Detifoss, vale, pero la exuberante belleza del escenario natural es imperdible.
Refúgiate del calor en una cueva

Todavía recuerdo cuando me llevaron a Valporquero en León por primera vez: el espectáculo me estremeció, literalmente, porque yo iba en pantalón corto y camiseta y me pasé la visita tiritando. Nota mental: en las cuevas hace frío, sobre todo en verano.
Así que se agradece mucho pasar una velada estival en un sitio como la Gruta de las Maravillas, en Aracena (Huelva) donde, además, conocerás una de las formaciones kársticas más alucinantes de Andalucía. Y ya que estamos en esta tierra no podemos dejar de pasar por la Cueva de Nerja que también fue protagonista, como otros escenarios de la localidad malagueña, de un capítulo de Verano Azul.
Pasamos por la Comunidad Valenciana para recomendaros una cueva que encantará a los niños: la Cueva de las Calaveras. Con un recorrido de unos 300 metros puedes disfrutar de estalactitas, estalagmitas, cúpulas de más de 50 metros, además de singulares formaciones rocosas que son las que dan nombre a la cueva...
Y de regreso al norte, pasamos por la Cueva de Mendukilo en Astitz, al noroeste de Pamplona, en plena sierra de Aralar: una cueva con una longitud de casi 800 metros en la que destacan la Sala de los Lagos y la Morada del Dragón.
Y no te pierdas en la comarca de Debagoiena, cerca de Oñati, la Cueva de Arrikrutz, donde se descubrió el primer esqueleto completo de un león de las cavernas, además de restos de otros animales prehistóricos como el rinoceronte lanudo o el ciervo gigante.
Recorre los parques naturales más desconocidos de España

¿Sabías que en España hay 154 parques naturales, además de 16 parques nacionales? No te vamos a poner de deberes estivales que recorras todas y cada una de las cuatro millones de hectáreas protegidas de nuestro país, pero sí un par de ellas no vendrían mal para ampliar el conocimiento de nuestro entorno natural, más de allá de los parques más famosos.
Por ejemplo, ¿te suena el Parque Natural Señorío de Bértiz? Pues ya tienes plan después de visitar la Cueva de Mendukilo porque no está muy lejos.
¿Y qué me dices de la Serranía de Guadalajara? Si te ha gustado la visita a la Cascada del Aljibe puedes continuar ruta hacia el norte para descubrir uno de los paisajes más bonitos y desconocidos de Castilla-La Mancha: el Hayedo de Tejera Negra.
En Castilla y León tampoco faltan los parques naturales secretos como el de Las Hoces del Río Riaza en Segovia o el Parque Natural de la Montaña Palentina en el que descubrirás los impresionantes parajes de las Fuentes Carrionas y la Fuente Cobre.
Y también hay vida más allá de los Picos de Europa en Cantabria. Date una vuelta por el Parque Natural Dunas de Liencres, uno de los más pequeños pero singulares de España, por ofrecer un paisaje de dunas a un paso de la costa. Y, bueno, ya que estamos aquí... un bañito en la playa de Liencres, ¿no? Que aquí no suele hacer falta cargar con la sombrilla...
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