El pasado 13 de mayo, el espacio creativo La Nave Va, en Berrocalejo (Cáceres), fue escenario del primer Encuentro de la Alianza Merina, una jornada que reunió a más de ochenta profesionales de sectores como la ganadería, la moda, la gastronomía, el turismo y la investigación. Con el objetivo de revalorizar la oveja merina y su papel central en el desarrollo del mundo rural, el evento propuso una agenda que combinó intervenciones especializadas, diálogos entre disciplinas, muestras gastronómicas y la entrega del primer reconocimiento Merino Mayor, que distinguió a Francisco Morgado, trashumante y defensor histórico de esta raza autóctona.

La iniciativa parte de la Alianza Merina, una red público-privada de alcance nacional e internacional promovida por proyectos como Caminos de la Merina. Su propósito es crear sinergias entre iniciativas locales y conectar el legado rural con nuevas formas de producción, creatividad y emprendimiento. En un momento en que el medio rural busca alternativas para combatir la despoblación y construir modelos económicos sostenibles, la figura de la oveja merina —por su historia, versatilidad y vínculo con el paisaje— se propone como símbolo de transformación y oportunidad.

Voces del territorio: lana, carne, turismo y patrimonio

Encuentro Alianza Merina

Entre los participantes del encuentro destacaron nombres clave en distintos ámbitos. En el terreno académico, Manuel Rodríguez Pascual, experto en trashumancia y en la historia de la Mesta, reivindicó la dimensión cultural y económica del pastoreo como modelo vigente. En el sector textil, el diseñador Paul García de Oteyza y el arquitecto Antonio Milara exploraron las aplicaciones contemporáneas de la lana merina, tanto en moda como en construcción sostenible, subrayando la necesidad de relocalizar la cadena de valor para generar empleo y reducir impacto ambiental.

La jornada también abordó las posibilidades de la carne de merina como producto gastronómico de calidad. El chef Daniel Valverde, del restaurante Dáviro, ofreció una reinterpretación de cortes poco conocidos, mientras que Luis Asenjo, de Cárnicas Montoro, detalló los retos que afronta el sector para introducir esta carne en los canales comerciales habituales. En el ámbito del turismo, las intervenciones de Mila Lavín (España Fascinante) y Raúl Virosta (Destino Activo) presentaron modelos de turismo vinculado al pastoreo, las rutas culturales y la experiencia auténtica del territorio.

El encuentro sirvió así para visibilizar un ecosistema emergente de profesionales y proyectos que, desde diferentes disciplinas, trabajan en la recuperación de los valores asociados a la oveja merina: sostenibilidad, innovación, identidad y cuidado del paisaje.

Un comienzo con vocación de continuidad

La jornada concluyó con la entrega del galardón Merino Mayor, otorgado a Francisco Morgado por su trayectoria como trashumante y por su labor en la conservación de los saberes tradicionales del pastoreo. Con este reconocimiento, la Alianza Merina quiso poner el foco no solo en los productos derivados del ganado, sino en las personas que sostienen este legado con su trabajo diario.

El evento, que contó con el apoyo de la Junta de Extremadura, asociaciones ganaderas, empresas del ámbito textil, turístico y alimentario, así como medios especializados, se celebró en La Nave Va, un espacio que representa la confluencia entre cultura y naturaleza. El entorno sirvió de marco simbólico para una jornada que no se plantea como una acción aislada, sino como el inicio de una red articulada en torno al patrimonio vivo del mundo merino.

Los impulsores del encuentro insisten en que este es solo el primer paso de un camino más amplio. “Hoy hemos sembrado complicidades que van a dar frutos”, afirmaron desde la organización, convencidos de que la Alianza Merina puede contribuir a un modelo rural que combine tradición, creatividad e inteligencia colectiva.