El Valle del Colca es uno de los valles más importantes del sur del Perú, y recientemente se ha transformado en unos destinos turísticos más atractivos de este país. Se encuentra en la provincia de Caylloma, en el departamento de Arequipa. Habitado históricamente por dos grandes etnias, Collaguas y Cabanas, estas aún están presentes hoy en día y habitan ambas las márgenes del río Colca.
El Valle del Colca cuenta con 17 pueblos que dividen el territorio en dos partes: la parte alta para los Cabanas y la parte baja para los Collaguas. Aunque con el paso del tiempo la mezcla de ambas etnias por medio del matrimonio hace menos evidente esta separación.
Los poblados que conforman el Valle del Colca son: Tisco, Sibayo, Callalli, Tuti, Chivay, Coporaque, Yanque, Lari, Achoma, Maca, Pinchollo, Tapay, Madrigal, Huambo, Cabanaconde, Ichupampa y Canocota. Y cuenta con unos límites de altura que oscilan entre los 4.175 metros de altitud de Tisco y los 2.942 metros de altitud de Tapay.
Un espacio que conjuga un espectacular escenario natural formado por un valle que ha sido trabajado y moldeado con terrazas de cultivo (andenería) y con un cañón de gran profundidad. Un marco singular en el que se asientan diversos pueblos nativos que aún conservan un invaluable patrimonio cultural, arquitectónico, arqueológico, y etnológico. En el 2019, la UNESCO declaró geoparque mundial al Cañón del Colca y al Valle de los Volcanes de Andagua.
El proceso de ocupación humana del Colca trajo consigo un gran desafío por la dificultad de la adaptación a este territorio indómito. Este proceso de ocupación da como resultado la sinergia entre dos grandes áreas culturales, los Andes Centrales y los Andes del Centro-Sur.
Los primeros pueblos del valle estuvieron dispersos, siendo el sitio arqueológico de Mollepunco, una muestra de estos pueblos. Gracias a una ubicación estratégica, cercana a la costa y a la ciudad de Cuzco, el valle del Colca facilitó la conectividad y el intercambio social, económico y cultural entre distintas regiones del sur peruano.
Debido a su importancia el Imperio Incaico decide ocupar el Valle del Colca alrededor del siglo XV y durante aproximadamente un siglo, hasta el siglo XVI. La ocupación de los incas refuerza la agricultura y se construyen nuevos pueblos importantes. Fruto de esta ocupación, en el Valle aún podemos escuchar la leyenda de Mama Yacchi, una princesa collagua que fue casada con un heredero de la panaca o familia real incaica.
Una de las etapas más convulsas y que marcó el Valle para siempre fue la época de colonización, comprendida entre los siglos XVI al XIX. En esta época el Valle del Colca recibe una gran influencia occidental. Francisco Pizarro ordena que este territorio se divida en tres repartimientos: Yanque – Collaguas, Lari – Collaguas y Cabanaconde.
En base a estos tres repartimientos, el Virrey Toledo dispuso la organización del territorio colqueño en “Reducciones” o pueblos de indios. Estas reducciones son las que han llegado a nuestros días como los pueblos que comprenden el territorio actual del Valle.
Para llegar al Valle del Colca tendrás que llegar primero a la ciudad de Arequipa, la más cercana. Este es el punto de partida de los diversos tours y autobuses públicos que te llevarán al valle del Colca. Durante el camino a Chivay, capital de la provincia de Caylloma y puerta de entrada al Valle del Colca, bordearás el volcán Chachani y atravesarás la Reserva Nacional Salinas y Aguada Blanca.
En este punto podrás contemplar las vicuñas en su ambiente natural y también tendrás la posibilidad de admirar las formaciones rocosas de la comunidad andina de Pata Wasi. Podrás detenerte en el Mirador de los Volcanes a 4.800 metros de altura y observar en todo su esplendor la cadena de montañas de esta parte de los Andes peruanos.
El este es el pueblo más importante de todo el Valle, debido a que es el más grande y el que cuenta con más equipamientos. Tienes que tener en cuenta que este será el único lugar, dentro del Valle, donde encontrarás distintos servicios, como bancos, cajeros automáticos o agencias de viaje.
Recuerda que Chivay está a unos 3600 metros sobre el nivel del mar. En Chivay encontrarás diversidad de atractivos como la Plaza de Armas, la parroquia de Nuestra Señora de la Concepción o las aguas termales de La Calera.
Yanque es otro poblado del Valle, lugar de paso obligado si nos dirigimos al mirador de la Cruz del Cóndor. Pero no sólo por esto, pues además cuenta con una preciosa iglesia que data de la época de la colonia. Si quieres disfrutar de la tranquilidad de un poblado colqueño, no dudes en reservar una habitación en los múltiples hoteles que encontrarás aquí. Como recibimiento, los pobladores mostrarán una parte de su folclore, con bailes tradicionales en la plaza por las mañanas de forma gratuita.
El sitio arqueológico de Uyo Uyo es un complejo de ruinas preincaicas que se ubica cerca de Yanque a unos cuantos minutos andando desde el pueblo.
En este sitio podrás observar y caminar entre las antiguas casas y callejuelas de lo que fue un poblado preincaico, que también fue poblado durante la ocupación de los incas. Por una entrada módica de 5 soles (alrededor de 1,30€) podrás acceder al complejo y recorrerlo libremente. Es un lugar muy tranquilo, por lo cual podrás disfrutarlo con calma.
Este es otro poblado importante del Valle, pero de menor tamaño. Se encuentra rodeado por montañas y es atravesado por una falla geológica que provoca, de tanto en tanto, movimientos telúricos. Podrás disfrutar de la Iglesia de Santa Ana, con un interior primorosamente trabajado en pan de oro y espejos. También encontrarás un pequeño mercado de artesanías donde se venden objetos bordados y ropa de lana de alpaca.
El Mirador de la Cruz del Cóndor es para la mayoría de visitantes, la estrella de la visita al Valle del Colca. Desde aquí no sólo tendrás una excelente vista del Cañón del Colca, sino que también podrás disfrutar del vuelo del cóndor. El cóndor es un ave carroñera de gran envergadura que alcanza casi los tres metros y medio con las alas abiertas y puede llegar a pesar unos 15 kilos.
Por estas características, está considerada por los entendidos como el animal volador más grande del mundo. Cabe destacar que es muy usual verlos volar muy temprano por la mañana, por lo cual te tocará levantarte muy temprano el día que visites el Mirador de la Cruz del Cóndor. Si eres uno de los privilegiados de ver el vuelo del cóndor disfrutarás de una sensación inolvidable.
Las principales expresiones folclóricas del valle del Colca las podemos encontrar en las fiestas costumbristas de los poblados. Destacan los bailes, como el Wititi, el Qamili o tradiciones como el Tincachi, los Carnavales y el Turcu Tusuy. En lo que respecta a la artesanía, destacan la vestimenta bordada. Una sinergia de lo andino y lo europeo, sobre todo en las faldas y los sombreros. También podemos encontrar artesanía tejida a base de fibra de alpaca que se elabora en los pueblos de la parte alta, dedicados a la crianza de camélidos sudamericanos.
Arequipa es una preciosa ciudad que se ubica al sur del Perú, en la provincia y el departamento del mismo nombre. Conocida como la “Ciudad Blanca”. Arequipa es una joya que te enamorará para siempre. Se trata de la segunda ciudad más poblada del Perú, después de la capital Lima, y alberga una población de 1.008.290 habitantes según los datos del Censo Nacional del año 2017.
Fundada el 15 de agosto de 1540, es una ciudad con un gran legado histórico, que cautiva a los visitantes gracias a su sorprendente arquitectura. Pues los edificios históricos de la ciudad son un grandioso ejemplo de la fusión de la arquitectura europea y de la andina.
Destacan sus magníficas casonas con impresionantes fachadas barrocas con salas abovedadas y patios. Sus impresionantes edificaciones están hechas a base de sillar de color blanco, piedra volcánica producto de la erupción del imponente volcán Misti. Que destaca sobre todo bajo su impecable cielo azul.
Uno de los grandes atractivos de Arequipa es su cocina regional. Un producto de la herencia de técnicas ancestrales que son transmitidas a través de generaciones. El arte culinario arequipeño se ve plasmado en sus picanterías, lugares con mucha historia donde se sirven y comparten una gran variedad de platos. La cocina arequipeña emplea diversas técnicas y objetos ancestrales como los batanes, la cocina a leña y las ollas de barro. Entre sus principales platos tradicionales, destacan el rocoto relleno, el chupe de camarones, el cuy chactado y el soltero de queso.
Las maneras más frecuentes de llegar a Arequipa son por vía aérea o por vía terrestre. Por Vía Aérea: Arequipa cuenta con el terminal aéreo llamado Teniente FAP Alfredo Rodríguez Ballón, que aunque no tiene el rango de internacional, cuenta con cómodas instalaciones y servicios. Recibe vuelos diarios y regulares desde la ciudad de Lima, Cusco y Puno (Juliaca).
Por Vía Terrestre: La ciudad de Arequipa se encuentra interconectada con las demás ciudades del sur peruano a través de la carretera panamericana Sur. Gracias a ella se puede llegar a Arequipa también desde el norte de Chile. Podemos encontrar servicios regulares de transporte en bus diarios desde y hacia Arequipa y a ciudades como Cuzco, Puno, Tacna y Nazca.
Podemos establecer en el mes de agosto la mejor época para visitar Arequipa, sobre todo la primera quincena, época de las fiestas jubilares por la fundación de la ciudad. En esta época podemos encontrar una diversidad de ferias, y otras tradiciones locales, como las peleas de toro, actividades turísticas y recreacionales.
Una de las épocas menos recomendables para visitar esta ciudad transcurre entre los meses enero y marzo, época en la cual se producen lluvias intensas. Durante el resto del año, el clima es estable, por lo cual no sentirás una diferencia considerable entre las estaciones.
En el Centro Histórico de Arequipa podemos encontrar más de 500 casonas coloniales, de las cuales, muchas han sido rehabilitadas para uso institucional. Como por ejemplo, la Casa del Moral, preciosa casona de estilo barroco, o la Casa Tristán del Pozo, actual sede de una entidad bancaria.
Entre los principales atractivos turísticos que encontramos en el Centro Histórico de Arequipa tenemos la plaza de Armas, la Catedral, el Monasterio de Santa Catalina de Siena, el Convento de la Recoleta, la Iglesia y los Claustros de la Compañía de Jesús, la Iglesia y el Convento de Santo Domingo, la Iglesia de La Merced, la Iglesia de San Agustín, el Barrio de San Lázaro y el Museo de Arte Virreinal de Santa Teresa, entre muchos otros atractivos.
Este es uno de los lugares más importantes de la ciudad. Este espacio nace en la misma fecha que la ciudad, el 15 de agosto de 1540. La ciudad de Arequipa tiene una traza de manzanas en cuadrícula, en la que se libera una manzana central para esta plaza. Presenta una regularidad geométrica, de gran tamaño y llama mucho la atención la disposición de la iglesia mayor, donde su eje mayor estaba paralelo a la plaza y no perpendicular como era la tradición.
En torno a la Plaza de Armas encontramos edificios de relevancia como la Catedral de Arequipa y los Portales, el de la Municipalidad, el de San Agustín y el de Flores. Cerca de la plaza existen otros edificios importantes como la Iglesia de La Compañía o la Iglesia de Nuestra Señora de la Merced.
Este convento es uno de los grandes atractivos de la ciudad, tanto por su belleza como por su magnitud, siendo una pequeña ciudadela. Con sus muros llenos de color, este convento es el emblema de la arquitectura hispana en el sur del Perú. De una belleza sin parangón, destaca la fusión de la arquitectura española y la nativa, que al unirse forman el estilo colonial o barroco mestizo.
Este estilo alcanzó en la ciudad de Arequipa grandes proporciones. Este convento, fundado en 1579, está considerado por muchos como una de las obras más importantes de la arquitectura arequipeña de la época colonial y una de las joyas de esta ciudad, considerada como Patrimonio Mundial por la UNESCO.
La Iglesia y los claustros de la Compañía de Jesús nacen en 1540, al mismo tiempo que la ciudad de Arequipa. Podemos decir, sin temor a equivocarnos, que la Iglesia de la Compañía es el monumento más importante de la Escuela Arequipeña. Para muchos la fachada de esta Iglesia es el punto donde nace el arte mestizo propiamente dicho, fusionando las dos corrientes que influyeron la arquitectura de la ciudad durante la colonia.
Interiormente destaca por la profusión de adornos en sus altares, destacando el altar mayor de estilo barroco rococó. También podemos encontrar la Capilla de San Ignacio, antigua sacristía que cuenta con una gran profusión de colores y formas, entre las que destaca el ambiente tropical recreado en su cúpula y sus paredes.
Como ya lo hemos dicho, la cocina arequipeña se conserva gracias a las picanterías, lugares donde se conservan las costumbres ancestrales de la ciudad. Es en estos lugares donde se entrelazan lo rural, lo urbano y la gastronomía. Estos espacios, conservan costumbres y técnicas tradicionales, como la cocina con leña o el uso del batán, especie de mortero a base de una piedra que muele los ingredientes.
El rocoto relleno es el plato representativo de la ciudad, el cual se hace a base de pimientos, que se rellenan con carne picada, queso, huevos y aceituna. Luego es cubierto con una loncha de queso derretido. Al ser una ciudad ubicada en los Andes, Arequipa tiene una gran variedad de suculentas sopas y caldos. Una de las más conocidas es el chupe de camarones, un caldo a base de camarones (cangrejos de río), con leche y queso.
Los domingos en Arequipa es día de fiesta, ya que encontraremos en las picanterías el característico adobo arequipeño, plato elaborado con lomo de cerdo, ají, cebolla y chicha de jora (maíz morado). El postre más representativo de la ciudad es el queso helado, que se prepara con coco, canela y leche, que luego de cuajado, se sirve con miel o solo.