El Tour de Francia se ha convertido en las últimas décadas en uno de los mejores instrumentos de marketing para promocionar el turismo en nuestro país vecino. Todas las personas que, entre siesta y siesta, se han puesto delante de la televisión para ver alguna etapa se han enamorado seguro de alguno de esos encantadores pueblos de la campiña francesa o de los maravillosos puertos de los Pirineos y los Alpes.
Y es que, más allá de su estrecha vinculación con la historia del ciclismo, estas montañas se encuentran siempre en increíbles parajes naturales que las convierten en atractivos destinos turísticos. Por eso, queremos aprovechar el inicio de este Tour de Francia tan especial para recordar sus puertos más míticos.
5Croix de Fer

La Col de la Croix de Fer recibe el nombre por la cruz de hierro que encontramos en la cima de la montaña. Se encuentra en los Alpes franceses y alcanza los 2.067 metros de altitud.
El Tour de Francia la ha visitado en diecinueve ocasiones y es considerada una de las ascensiones más duras que se pueden hacer en ciclismo. Si se ataca por su ladera norte, desde La Chambre, la subida se alarga durante más de 22 kilómetros con una pendiente media del 7%. Una auténtica barbaridad.